Los dirigentes del Polisario de espaldas a la pared en la 33ª cumbre de la UA en Addis Abeba
La 33ª Cumbre de la Unión Africana (UA), celebrada desde ayer domingo en Addis Abeba, ha dictaminado una vez más, por la exclusividad de las Naciones Unidas (ONU) en la solución del conflicto del Sáhara Occidental, desdeñando los vanos intentos del Polisario y sus patrocinadores argelinos para involucrar a la UA en este expediente.
La decisión fue confirmada en la apertura de la cumbre por el presidente de la comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, quién dijo en su intervención que, de conformidad con la decisión 693 de la Cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UA en Nuakchott, la Troika que se ha establecido proporcionará un apoyo efectivo al proceso liderado por las Naciones Unidas, que es el marco elegido voluntariamente por las partes para una solución política duradera a la disputa territorial alrededor de la parte occidental del Sáhara marroquí .
La decisión 693 de la Cumbre de Nuakchott había reafirmado el apoyo de la UA al proceso en curso de la ONU para encontrar una solución política mutuamente aceptable para está disputa regional.
Por su parte, el jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita, que participa en la cumbre de Addis Abeba, también insistió en la exclusividad de la ONU en la solución política de la cuestión del Sáhara marroquí.
Sin embargo, el Frente Polisario y Argelia le dieron una gran esperanza al presidente sudafricano, Matamela Cyril Ramaphosa, quién reemplazó durante un año, a su homólogo egipcio, a jefatura de la Unión Africana, para revertir el vapor y » involucrar a la organización panafricana más en el tema del Sáhara después de los muchos fracasos rotundos que habían experimentado en las Naciones Unidas y sobre el tablero de ajedrez diplomático internacional.
La dirección del Polisario esperaba poder, con el apoyo de Argelia, extraer este archivo de la ONU para entregarlo a la Unión Africana, contando con el apoyo de un puñado de países africanos, particularmente de habla inglesa para hacer prevalecer sus «reclamos de independencia». Pero esta nueva maniobra cayó al agua y los dirigentes del frente separatista saharaui se encontraron de espaldas a la pared.