Sáhara Occidental: lo que esconde la visita de Susana Malacorra al Polisario
Ban Ki-Moon, ejerce presión sobre el Polisario, el objetivo del secretario general de la ONU es llevar el movimiento saharaui apoyado por Argelia a suavizar su posición para promover la reanudación de las negociaciones con Marruecos en lo que concierne el asunto del Sáhara Occidental.
Pero está vez, Ban Ki-Moon, ha preferido dejar de lado Christopher Ross, el enviado personal para el Sáhara Occidental. En su lugar, envió a su jefa de gabinete, Susana Malacorra que visitó este fin de semana los campamentos de Tinduf. El cuartel general del Frente Polisario en Argelia, la resonsable de la ONU se reunió con el jefe del movimiento, Mohamed Abdelaziz, que hasta entonces se entrevistaba exclusivamente con Christopher Ross. Sin embargo, el diplomático estadounidense parece haber perdido la confianza de Argelia y el Polisario.
En marzo pasado, el enviado personal de Ban Ki-moon, propuso sus soluciones alternativas para reanudar el proceso de arreglo. En lugar de permanecer atrapado en la opción de la independencia defendida por Argelia y el Polisario, Ross propuso una combinación de confederalismo y autonomía propuesta por Marruecos.
Argel sigue siendo obstinadamente opuesto al plan de autonomía para mantener bajo presión a Marruecos a través del conflicto de la cuestión del Sahara Occidental, que es el eje de la discordia entre Rabat y Argel desde hace más de 40 años. De hecho, desde el revés encajado en abril de 2015, en el Consejo de Seguridad, «Argelia ha cambiado su tono y trata de poner el paquete sobre la Unión Africana», dice un notable saharaui de los campamentos de Tinduf de la evolución del caso.
La ONU no reconoce, sin embargo, ningún papel de la organización africana en la cuestión del Sahara Occidental. Un hecho que fue reiterado por la resolución 2218 adoptada por el Consejo de Seguridad en abril. El texto votado por unanimidad por los 15 miembros del Consejo, no hace mención de la UA, análiza un observador saharaui, para quién la incapacidad de la organización para resolver otras crisis en África ha socavado en gran medida su credibilidad entre los propios africanos.