Manifestantes saharauis de Tinduf exigen la verdad sobre la muerte sospechosa de un oponente
Un centenar de habitantes de los campos de Tinduf manifiestan desde el sábado en el campo de Rabuni, para exigir la apertura de una investigación independiente sobre la muerte sospechosa de un joven oponente Brahim Uld Salek Uld Breika que ha sucumbido a la tortura de los milicianos del Polisario en la infame prisión de Dheibya cerca de Tinduf.
A su llegada a Rabuni no lejos de la casa de Brahim Ghali, jefe del Polisario, los manifestantes muy enojados, como se muestra en la grabación de vídeo retransmitida por varios medios de comunicación, han sido objeto de una intervención con mano dura por parte de la milicia armada del Frente que usó sus armas de fuego mientras disparaba varios disparos de advertencia en el aire.
El día después de que el joven opositor muriera el 13 de enero, su familia exigió una autopsia al negarse a enterrarlo. Luego envió una carta al Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, solicitando que los responsables del crimen sean llevados ante la Corte Penal Internacional en La Haya.
Contrariamente a la tesis del suicidio avanzado por los torturadores del Polisario que dicen que él se ahorcó con un cable eléctrico del ventilador de aire, la familia del oponente saharaui oriundo de la tribu Tekna, declara tener evidencia sobre la tortura de su hijo que le condujo a la muerte.
Con apenas 30 años y una hija, Brahim Uld Salek Uld Breika, un comerciante y un gran activista del Movimiento de 5 de marzo, estaba cumpliendo una pena de prisión por supuesta «pertenencia a una banda especializada en el robo».
En un comunicado, la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (Asadeh) denunció enérgicamente la sospechosa muerte del joven oponente, reiterando su «solidaridad incondicional con la familia de la víctima y su apoyo a sus demandas legítimas» de conocer las verdaderas causas de la muerte de su hijo.
Además, ASADEH ha decidido lanzar «procedimientos legales internacionales contra los dirigentes del Polisario y responsables argelinos que no han movido un dedo para poner fin a las graves violaciones de derechos humanos cometidas con su bendición en su territorio».