La posición estadounidense sobre el Sáhara: ¡la gran mentira de la APS!

Por Omar Achy. En el ámbito de la intoxicación, la mentira y la desinformación, la agencia de prensa oficial argelina, APS, ha alcanzado niveles grotescos. Y cuando se trata de la cuestión del Sáhara marroquí, el delirio es siempre máximo para enmascarar los reveses y las decepciones encajados por el lado de Argel y Lahmada, donde el reconocimiento por Estados Unidos de la marroquidad del Sáhara fue el golpe de gracia.

Esta vez, y con motivo de la visita a Marruecos del subsecretario de Estado estadounidense en funciones para Oriente Medio, Joey Hood, el régimen argelino volvió a soltar otra gran mentira sobre la posición de Washington sobre el Sáhara.

Sin embargo, el alto diplomático norteamericano reiteró, el miércoles en Rabat, la posición invariable de su país sobre el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.

Mal que les pese a los medios de comunicación argelinos que no hacen más que cumplir órdenes, el responsable estadounidense afirmó que no hay ningún cambio en la política de Washington sobre el Sáhara, en comparación con la administración anterior.

En contra de los perniciosos rumores, generalizaciones arbitrarias y otras especulaciones tan tendenciosas como descabelladas divulgadas, entre otros, por la APS, la administración Biden ha mantenido con firmeza el pleno reconocimiento por Estados Unidos de la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara.

Consagrando la histórica Proclamación Presidencial del 10 de diciembre de 2020, firmada por su predecesor republicano, Donald Trump, el actual inquilino de la Casa Blanca, el demócrata Biden, ha confirmado que este reconocimiento es la doctrina de un Estado que, más allá de la alternancia, muy normal en una democracia arraigada, asegura la continuidad de sus grandes políticas y sus intereses supremos, más allá de cualquier consideración partidista o cálculo político.

De hecho, es la firme convicción de una potencia mundial, un actor principal en las relaciones internacionales y un miembro permanente del Consejo de Seguridad. Es también una consagración de la justicia y la legitimidad de la causa marroquí y un recordatorio de las prioridades de Washington y de la profundidad de las relaciones históricas marroquíes-estadounidenses, que son hoy más sólidas que nunca.

Este reconocimiento de la soberanía de Marruecos va ahora de la mano con el continuo apoyo de Washington al plan de autonomía marroquí, que es la base del actual proceso político, llevado a cabo bajo los auspicios exclusivos de las Naciones Unidas, después de que todos los planes anteriores hayan fracasado y hayan sido enterrados.

En Rabat, el diplomático norteamericano también destacó los esfuerzos encaminados a «ayudar al proceso de la ONU a producir resultados» en relación con la cuestión del Sáhara.

Hood expresó el apoyo de Washington a un proceso político creíble dirigido por la ONU para la paz y la estabilidad en la región.

«Este es el objetivo que buscan Estados Unidos y Marruecos para toda la región», dijo, destacando, en este sentido, el papel del Reino como «proveedor de seguridad» en la región.

En este sentido, Hood agradeció «el continuo y valioso apoyo de Marruecos en una serie de cuestiones de interés común, como el proceso de paz en Oriente Medio, la estabilidad, la seguridad y el desarrollo en la región» y en todo el continente africano.

Bajo el liderazgo de SM el Rey Mohammed VI, Marruecos ha adoptado la diplomacia de la claridad, la firmeza y la constancia que le ha reportado sucesivos éxitos diplomáticos que han convertido las ambiciones de Argelia y el polisario en espejismos.

Para salir del punto muerto en la cuestión del Sáhara y relanzar el proceso político de la ONU, Argelia, que por su movilización y sus posiciones, sus actos y sus palabras, es una verdadera parte en el conflicto, en su creación y en su continuación, debe asumir imperativamente la responsabilidad de su solución a la altura de su responsabilidad en su creación.

Y no es la producción de engaños por parte de medios de comunicación bajo órdenes, ni el arribismo y el odio alimentado por los apparatchiks odiados por la juventud argelina, lo que contribuirá a hacer avanzar este expediente.