España-Polisario: los entresijos del rescate maldito

Argelia y el Polisario han sido propulsados ante la escena por dos recientes acciones proveniéntes de Madrid y Washington. Ambos gestos ilustran el nivel de preocupación en las capitales occidentales en contra de la creciente inseguridad en toda la zona del Sahara y el Sahel.
La primera acción es la decisión del gobierno español de evacuar a los cooperantes humanitarios occidentales, en su mayoría españoles, presentes en Tinduf, el bastión del Frente Polisario en el oeste de Argelia. El Ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel García-Margallo, avanzó el argumento irrefutable de la «creciente inseguridad» que sufre la zona. Sin embargo, el jefe de la diplomacia española no ha revelado el más grave. Los servicios de inteligencia españoles estaban convencidos de que una parte del rescate pagado recientemente al Mujao para la liberación de dos rehenes españoles, fue entregado a elementos del Polisario viviéndo en Tinduf. Un reparto del botín, que confirma los diversos informes de la existencia de fuertes vínculos entre el Frente Polisario y los grupos armados que deambulan por el desierto.

Esta situación se hizo evidente desde hace algún tiempo ya, con el afianzamiento progresivo de la ideología islamista en las filas del Polisario, que lucha con el apoyo de Argelia por la independencia de la región del Sahara Occidental. Las difíciles condiciones de vida en los campamentos de Tinduf aumenta la precariedad de la poblacion, por lo que convierte muchos jóvenes saharauis receptivos a los discursos de los movimientos islamistas armados. Madrid sabía que su decisión iba enojar el Frente Polisario, y a Argelia aún más. Sin embargo, el gobierno español no quería arriesgarse a más secuestros.
La segunda coclusion proviene del Departamento de Estado de EE.UU. y concierne el mismo tema sensible de la inseguridad en la zona del Sahara y el Sahel. En el informe anual sobre terrorismo en el mundo, Washington cree que la «disputa política entre Argelia y Marruecos sobre la cuestión del Sáhara Occidental (es) un obstáculo para una amplia cooperación contra el terrorismo» en la región. A su vez, el informe de EE.UU. tiende a irritar fuertemente Argel, que pone un punto de honor en rechazar cualquier acusación de injerencia en el conflicto del Sáhara Occidental.