Sáhara Occidental: Las tésis separatistas del Polisario solo penden de un hilo

El Frente Polisario nunca ha sido más aislado que en la actualidad. En un momento en que se celebra en Manhasset, cerca de Nueva York, el tercer día de la novena ronda de conversaciones informales sobre el futuro del Sahara, el jefe del Polisario y sus secuaces en los campamentos de Tinduf, deben comportarse de la cabeza , sabiendo que sus ideas y su propaganda separatista, ya no encuentran compradores.
Aparte de Alemania, Argelia, Sudáfrica y los pocos países africanos y una docena de asociaciones y ONG en España, Francia o Italia, la famosa República Saharaui (RASD), casi no tiene apoyo creíble y sólido como en el tiempo de su principal proveedor en armas y petrodólares, el coronel Muammar Gaddafi, aún estaba vivo antes de ser barrido para siempre, por la rebelión de su propio pueblo.
El movimiento separatista saharaui también fue abandonado por sus antiguos aliados en el Partido Popular español de la misma manera que ha sido dejado por los del Partido Socialista francés, cuyo secretario general, Martine Aubry, quién está de visita en Marruecos, acaba de confirmarlo, al reconocer que el conflicto del Sáhara Occidental solo se puede resolver a través de la propuesta de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental.

Las nuevas altas autoridades de Túnez y Libia también fueron, muy explícitas en esto, diciendo que la solución de la cuestión del Sahara es un requisito previo para la construcción de la Unión del Magreb. La conciliación entre los países del Magreb y en particular el acercamiento en las relaciones entre Rabat y Argel fueron recolectados como un disparo de advertencia, por los dirigentes del Polisario.
Por parte marroquí, el caso ahora es administrado por los políticos ya que la delegación oficial de los negociadores es liderada por Saad Eddine El Othmani, el actual ministro de asuntos exteriores que pertenece al partido politico PJD, un partido mayoritario en el Gobierno.
La delegación marroquí que participa en las negociaciones en Manhasset ha ido a està ronda bien equipada, a sabiendas de que Marruecos está ahora en una posición de fuerza y que es a él de dictar sus normas para poner fin a este espinoso tema que se ha arrastrado y hizo perder a Marruecos y a la vecina Argelia, tanto tiempo y dinero. Los dos países hermanos y vecinos tienen mucho que ganar con un acuerdo tan pronto como sea posible, de éste diferente territorial, del cuàl pagaron un alto precio, y que sigue obstaculizando el surgimiento de una verdadera integración de los países del Magreb.