Amrani destaca la profundidad africana del nuevo modelo de desarrollo del Reino

Reflejo de una nación milenaria que hace de la coherencia un compromiso primordial en sus planteamientos, el nuevo plan de desarrollo liderado por Marruecos es la expresión de una inteligencia colectiva marroquí y africana federada desde el principio en torno a una misma ambición, una misma visión y una misma aspiración llevada al más alto nivel por Su Majestad el Rey Mohammed VI, declaró el embajador de Marruecos en Sudáfrica, Youssef Amrani.

En un artículo publicado el martes en el diario sudafricano «The Star», el diplomático se remontó a las perspectivas continentales de un Plan de Desarrollo emprendido por Marruecos en su «inquebrantable apego a su identidad, sus raíces y su historia africana». En este sentido, subrayó que con este nuevo plan de desarrollo Marruecos hace honor no sólo a una responsabilidad cívica, sino también a una africanidad asumida y apreciada que Rabat siempre ha tenido en alta estima y ha fijado como prioridad de su política exterior.

En el transcurso de su intervención, el diplomático argumentó que «el nuevo modelo de desarrollo es ante todo el reflejo de una madurez marroquí que no oculta las carencias, reconoce los defectos y subraya el agotamiento de un modelo pasado que debía ser revisado». «Este nuevo modelo preside una profunda convicción de que la construcción del futuro no puede hacerse sin un diagnóstico lúcido del pasado.

Volviendo a las bases de este nuevo plan de desarrollo, Amrani lo describió como un modelo de acercamiento participativo que aúna aspiración y enfoque, estrategias y acción, y reflexiones sobre los verdaderos retos del mañana, señalando, en este sentido, que «es un modelo alejado del particularismo y cercano a lo particular».

Reflejo de una nación marroquí diversa, de un territorio rico y de una economía cambiante, este plan «engloba toda la complejidad de un modelo de sociedad en el que la convivencia y el de una solidaridad activa, donde la productividad no es productivismo y donde la política no es política», subrayó el embajador.

Continuando con el valor continental de esta iniciativa marroquí, el diplomático señaló que «más allá de una lógica egocéntrica, el nuevo plan de desarrollo refleja plenamente esta apertura al mundo de un Marruecos que no concibe su futuro al margen del de sus socios.

La posición geoestratégica del Reino basta por sí sola para alegar la inmensidad de las oportunidades de coemergencia intercontinental, regional y subregional, dijo antes de continuar diciendo que «Marruecos siempre ha hecho de su posición geográfica un motor de su desarrollo y una responsabilidad asumida en el concierto de las naciones».