Los parámetros de la ONU para la autodeterminación no son aplicables en el Sáhara marroquí – Hilale –

Ante el Comité de los 24 de la Asamblea General de la ONU, el embajador representante permanente de Marruecos ante las Naciones Unidas, Omar Hilale, subrayó este lunes que los parámetros de las Naciones Unidas para la autodeterminación no son en absoluto aplicables en el Sáhara marroquí.

«Desde la firma del Acuerdo de Madrid, el 14 de noviembre de 1975, el principio de la autodeterminación preconizado por el Capítulo XI de la Carta de las Naciones Unidas, dejó definitivamente de aplicarse al Sáhara marroquí», declaró Hilale en una intervención ante el Comité.

En este contexto, el diplomático marroquí subrayó que los parámetros establecidos por las resoluciones fundadoras de la libre determinación, en este caso los 1514 y 1541, especialmente que el territorio debe ser «geográficamente separado y étnico o culturalmente distinto del país que lo administra no son en absoluto aplicables en el Sáhara marroquí», añadiendo que «ninguna de estas exigencias es oponible al Sáhara marroquí».

A este respecto, Hilale explicó que: 1- El Sáhara no está geográficamente separado de Marruecos. El Sáhara es la continuidad natural del Reino. Laayún, Smara, Bir Lahlu, Tifariti, Dajla o Guergarate están vinculados territorialmente a Sidi Ifni, Gulmim, Tarfaya y otras regiones del Reino. Estas ciudades no están separadas ni por un mar, ni por un río, ni por miles de kilómetros.

2- Los componentes tribales y étnicos de la región del Sáhara marroquí son los mismos que los del norte del Reino. Las tribus en Laayún y Dajla son las mismas que en Sidi Ifni y Tarfaya. Además, debido a su modo de vida nómada, la prolongación de estas tribus se encuentra también en los países vecinos.

3- La población del Sáhara marroquí tiene la misma religión que el resto del Reino: el Islam. Las oraciones en las mezquitas se hacían en nombre de Su Majestad el Rey, Comendador de los Creyentes, mucho antes de la ocupación española, tanto en Laayún, Dajla, como en Fez, Marrakech y Rabat.

4- El árabe y el dialecto hassani son las lenguas maternas habladas tanto en Laayún y Dajla como en Tan Tan y Zag.

5- La cultura Hassani es el patrimonio compartido entre las regiones del Sáhara y las más al norte del Reino. Está celebrada y protegida como patrimonio nacional en todo el territorio marroquí.

La inaplicabilidad de todos estos criterios en el Sáhara marroquí se suma a la fuerza jurídica, las verdades históricas y la legitimidad política, para demostrar, si aún es necesario, que el Sáhara marroquí no es ni una supuesta cuestión de descolonización, ni un sujeto de autodeterminación, y mucho menos un supuesto «territorio no autónomo», insistió el embajador Hilale, invitando a los miembros del Comité a hacer una simple comparación entre el Sáhara marroquí y los territorios inscritos en la agenda del C24, para darse cuenta de que no existe ninguna similitud con las situaciones de los 16 «territorios no autónomos».

Volviendo a los argumentos jurídicos, políticos e históricos de la marroquidad del Sáhara, el embajador Hilale recordó que el Sáhara siempre ha sido parte integrante de Marruecos, y esto mucho antes de su colonización española en 1884. Incluso la denominación «Sáhara Occidental» le fue dada después de su ocupación por España. Durante el período colonial, el territorio marroquí estaba dividido en varias zonas de ocupación por Francia, España y varias potencias internacionales en lo que respecta a la ciudad de Tánger».

El diplomático marroquí añadió que Marruecos ha recuperado su integridad territorial por etapas y a través de acuerdos internacionales negociados con las diferentes potencias coloniales. Así, tras obtener su independencia de Francia y recuperar Tánger en 1956, Marruecos inició negociaciones con España, de conformidad con las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que condujeron a la recuperación progresiva de las regiones situadas en el sur del Reino, a saber, Tarfaya en 1958, Sidi Ifni en 1969 y, por último, Sakia-El-Hamra y Ued Eddahab, el 14 de noviembre de 1975, de conformidad con el Acuerdo de Madrid.

Este acuerdo quedó debidamente registrado ante el secretario general de las Naciones Unidas el 18 de noviembre de 1975 y fue validado por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante su Resolución 3458B del 10 de diciembre de 1975».

Asimismo, Hilale precisó que la marroquidad del Sáhara también fue confirmada por la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia, del 16 de octubre de 1975, que reconoció que el Sáhara no era terra-nullius en el momento de su ocupación por España y estableció la existencia de vínculos legales e históricos de lealtad entre las tribus del Sáhara y los Reyes de Marruecos.

«Esta lealtad del pueblo marroquí a la monarquía, de Tánger a Laguira, enraizada en la historia milenaria del Reino de Marruecos, es la base de la soberanía de Marruecos sobre el conjunto de sus territorios, incluido su Sáhara», dijo.

Por último, Hilale indicó que «no hay ninguna razón para mantener la cuestión del Sáhara marroquí en el programa de este Comité ni en el de la Cuarta Comisión. La Carta de nuestra Organización ha establecido una separación entre sus órganos, distinguiendo claramente entre sus mandatos. Así, de conformidad con el Artículo 12 (1) de la Carta de las Naciones Unidas, relativo a las prerrogativas de la Asamblea General, la cuestión del Sáhara marroquí debería examinarse exclusivamente en el Consejo de Seguridad. Este órgano principal se ocupa de la cuestión desde 1988, debido al fracaso de la mediación de la Organización de la Unidad Africana. El Consejo de Seguridad lo está examinando, con razón, en el marco del Capítulo VI de la Carta de las Naciones Unidas, relativo al arreglo pacífico de diferendos, y no como una cuestión de descolonización».