En el caso Benbattouch, Marruecos marcó puntos políticos de «gran valor» – Politólogo –

En el caso Mohamed Benbattouch, alias Brahim Ghali, la diplomacia marroquí ha marcado puntos políticos de «gran valor», afirmó el miércoles el politólogo Mustapha Tossa.

La no consecución física del «objetivo estratégico» por el que se movilizaron los esfuerzos diplomáticos marroquíes, el de ver a Brahim Ghali, jefe de una causa perdida e icono de una crisis artificial, instrumento de fastidio de la maquinaria de guerra argelina contra Marruecos, entre rejas, «no significa una derrota marroquí en esta dramática pulseada que movilizó atención y energías durante largos días», estima Tossa en un análisis.

«Por el contrario, la diplomacia marroquí se ha anotado puntos políticos de gran valor», asegura en este análisis publicado en el diario digital “Atlasinfo” bajo el título «las ganancias marroquíes en el pulso español».

¿Pero, es un fracaso marroquí verlo escapar entre las mallas de la justicia española?, se pregunta el politólogo, sosteniendo que no es un fracaso, sobre todo porque los beneficios políticos de la diplomacia marroquí «superan ampliamente la simple persona de Mohamed Benbattouch, alias Brahim Ghali».

Para el politólogo, el escándalo del ciudadano argelino Benbattouch, que dio su identidad al líder del polisario, el llamado Brahim Ghali, para infiltrarse en los hospitales españoles, fue un «duro golpe» para los servicios argelinos, que lo vivieron como una «humillación y una prueba de amateurismo innegable».

Tossa añadió que el poder argelino, ya cuestionado por su mal gobierno a los ojos de su propia población, como lo atestigua el Hirak, vio su reputación internacional aún más empañada por este fracaso espectacular, destacando que algunas partes en la comunidad internacional que, víctimas de la propaganda argelina, todavía tenían dudas sobre la implicación del Estado argelino y de su aparato policial en la instrumentalización del polisario, «tienen hoy la prueba definitiva de que este movimiento separatista es ni más ni menos que un arma de guerra argelina contra Marruecos y que cualquier solución duradera y eficaz debe pasar inevitablemente por una negociación directa entre Rabat y Argel bajo los auspicios internacionales».