Sáhara: El mediador de la ONU anuncia una nueva mesa redonda para principios de 2019
La mesa redonda de dos días sobre el conflicto del Sahara, celebrada por invitación del enviado de la ONU, Horst Köhler, se terminó el jueves, 6 de diciembre en el Palacio de las Naciones en Ginebra, con una nota de optimismo de todas las partes participantes (Marruecos, Argelia, Mauritania y el Polisario).
Durante una rueda de prensa la tarde del jueves, el enviado personal del Secretario General de la ONU para el Sahara anunció que había invitado a las cuatro delegaciones a una segunda reunión similar en el primer trimestre de 2019, declarando que todas «las partes acordaron encontrar una solución consensuada al conflicto» del Sahara.
Los debates de la reunión se centrarón en «la evaluación de los acontecimientos recientes» en el Sahara, los desafíos regionales y los próximos pasos en el proceso de arreglo político del conflicto territorial sobre el Sahara marroquí.
Todas las delegaciones, según un comunicado que fue leído por Köhler reconocierón «que la cooperación y la integración, no la confrontación, es el mejor medio para hacer frente a los desafíos de la región», admitiendo que el hecho de «resolver el conflicto contribuiría a mejorar la vida de los habitantes de la región».
Eso no impidió que los soportes medios de comunicación del Polisario de arremeter contra los tres representantes de las provincias del sur del Reino Sidi Hamdi Ould Errachid Ynja Khattat, anterior cuadro del Polisario que se había unido a Marruecos en los años 90 y Fátima Adli que formaba parte de la delegación marroquí.
Los medios de comunicación saharauis trataron descaradamente a los tres funcionarios elegidos de «traidores», calificando su presencia entre la delegación marroquí encabezada por el canciller Nasser Burita, de «traición a la causa saharaui».
Es necesario recordar que la supuesta República Saharaui proclamada por el Polisario nunca ha sido reconocida como un estado soberano por la ONU o la Unión Europea, cuyo tribunal de justicia (TJE) en el se negó a reconocer al Polisario el título de «representante legítimo» del pueblo de la zona sur del Reino, rechazando de golpe, sus demandas para defender sus intereses económicos.