La Unión Europea señala a Argelia: ¿una señal política bajo el pretexto de la lucha contra el blanqueo de capitales?
Bruselas – Argel: La inclusión de Argelia en la lista de países de alto riesgo de la Unión Europea en materia de blanqueo de dinero y financiación del terrorismo no ha pasado desapercibida. Detrás de esta decisión, anunciada este martes por la Comisión Europea, se perfila lo que muchos interpretan como una sanción encubierta, en un momento clave para las relaciones euromediterráneas.
Sobre el papel, la decisión se basa en criterios técnicos y una metodología rigurosa, alineada con los trabajos del GAFI (Grupo de Acción Financiera). Su objetivo es identificar jurisdicciones donde los controles financieros se consideran débiles o insuficientes frente a las amenazas del crimen organizado y del terrorismo. De este modo, Argelia se une a una lista que ya incluye a otros diez países con perfiles económicos y políticos muy diversos, desde Venezuela hasta Namibia, pasando por Líbano y Mónaco.
Esta medida podría tener un efecto disuasorio sobre los actores bancarios y financieros europeos. A partir de ahora, toda operación con Argelia será considerada como sensible y estará sujeta a obligaciones reforzadas de diligencia debida. Resultado: mayores retrasos, mayor complejidad administrativa y posible congelación de ciertas inversiones o transferencias de fondos.
Asimismo, esta acción puede interpretarse como una forma de presión ejercida por Bruselas sobre un socio regional incómodo, que no comparte plenamente las orientaciones políticas o económicas de la UE.
Más allá del impacto simbólico de esta “lista negra”, lo que realmente está en juego son los flujos financieros, las relaciones comerciales y la credibilidad económica del país.