Lucha contra el extremismo violento: Liderazgo indiscutible de Marruecos gracias a su enfoque multidimensional

Gracias a una estrategia coherente que integra aspectos de seguridad, religiosos y socioeconómicos, Marruecos se ha impuesto como un actor de primer orden en la lucha de la comunidad internacional contra el extremismo y el terrorismo.

El compromiso constante e inequívoco del Reino, bajo el impulso de SM el Rey Mohammed VI, en la lucha mundial contra el terrorismo, combinado con su probada experiencia en la materia, le han valido un liderazgo innegable y un reconocimiento constantemente renovado, consolidando así el estatus de Marruecos como actor creíble y activo frente a una amenaza transnacional, y como proveedor de paz, seguridad y desarrollo a nivel regional e internacional.

Celebrado el 12 de febrero, el «Día Internacional para la Prevención del Extremismo Violento que pueda conducir al Terrorismo» es una oportunidad para poner de relieve la pertinencia y la validez de este enfoque holístico, proactivo y multidimensional adoptado por Marruecos para luchar contra el radicalismo, la pobreza, la exclusión, la precariedad y el analfabetismo, y para trabajar en la deconstrucción de las tesis ideológicas erróneas que constituyen el caldo de cultivo del extremismo violento, a través del desarrollo humano y el fortalecimiento del Estado de Derecho.

Marruecos ha puesto en marcha un enfoque integrado basado en los pilares religioso, de seguridad, jurídico y socioeconómico, así como en el fortalecimiento de los derechos humanos, el Estado de derecho y la cooperación internacional.

Se ha prestado especial atención a la prevención, la formación de imames y actores religiosos y la reestructuración de la gestión del ámbito religioso en general, de acuerdo con la visión ilustrada de SM el Rey Mohammed VI. Las sucesivas reformas adoptadas en este ámbito han hecho del Reino un modelo a seguir.

En su estrategia nacional, el Reino también hace especial hincapié en la promoción del diálogo intercultural e interreligioso, como enfoque prioritario para hacer frente al terrorismo y al extremismo violento, favoreciendo la apertura, la moderación, la tolerancia y el diálogo.

Esta política anticipativa en la lucha contra el terrorismo ha permitido desmantelar varias redes de reclutamiento de extremistas y células que preparaban actos terroristas, reforzando el papel de Marruecos como socio serio e indispensable para todos los países de la región y del mundo.

En su último informe anual sobre el terrorismo en el mundo, el Departamento de Estado estadounidense destacó la estrategia global de Marruecos en la lucha contra el terrorismo y el radicalismo, y se congratuló del compromiso del Reino para reforzar la cooperación institucional a nivel regional e internacional frente a este peligroso fenómeno.

El informe elogia la larga historia de sólida cooperación antiterrorista entre ambos países, destacando la estrategia de Marruecos, que incorpora no sólo rigurosas medidas de seguridad, sino también una dimensión de cooperación regional e internacional, así como políticas destinadas a prevenir la radicalización.

El Departamento de Estado norteamericano señala que, en el marco de su estrategia, el Reino da «prioridad al desarrollo económico y humano, además de a la lucha contra la radicalización que conduce a la violencia», destacando el papel de la Oficina Central de Investigaciones Judiciales (BCIJ), dependiente de la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST).

El Día Internacional para la Prevención del Extremismo Violento fue proclamado el 20 de diciembre de 2022 por la Asamblea General de las Naciones Unidas tras la adopción de una resolución para sensibilizar a la opinión pública sobre las amenazas que plantea el extremismo violento cuando deriva en terrorismo, y mejorar la cooperación internacional para combatirlo.

En la resolución, el organismo de las Naciones Unidas reafirma su condena inequívoca del terrorismo en todas sus formas y manifestaciones por considerarlo criminal e injustificable.

En este contexto, la Asamblea General subraya la responsabilidad de los Estados miembros y de sus instituciones nacionales en la lucha contra el terrorismo, y destaca el importante papel de las organizaciones intergubernamentales, la sociedad civil, el mundo académico, los líderes religiosos y los medios de comunicación en la lucha contra esta lacra.