Sáhara: El SG de la ONU contrarresta las falsas aserciones de Argelia sobre el presunto referéndum

En su último informe al Consejo de Seguridad sobre la cuestión del Sáhara, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha vuelto a desenmascarar las mentiras repetidas ad nauseam por Argelia sobre el presunto referéndum.

En sus observaciones y recomendaciones, Guterres puso de relieve la necesidad de alcanzar una solución política mutuamente aceptable basada exclusivamente en las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad desde 2018, incluida la Resolución 2654 de octubre de 2022.

Asimismo, todas las resoluciones del Consejo de Seguridad y los informes del secretario general desde hace más de dos décadas no hacen referencia al presunto referéndum, que está muerto y enterrado y solo existe en la imaginación de los opositores a la integridad territorial del Reino.

Las resoluciones del Consejo de Seguridad desde 2018 han pedido una solución política, realista, pragmática, duradera y de compromiso a este diferendo regional, de la que Argelia es la parte principal. Las mismas resoluciones, como todas las que las han precedido desde 2007, consagran la primacía de la iniciativa de autonomía marroquí como única solución seria y creíble a este diferendo heredado de la Guerra Fría.

Desde 2018, las mismas resoluciones consagran el proceso de la mesa redonda, con la participación en particular de Marruecos, Argelia y Mauritania, como único marco de aplicación del proceso político exclusivamente de la ONU.

En la misma línea, Guterres subrayó que una solución a este conflicto es posible siempre que «todas las partes implicadas», especialmente Argelia, se comprometan de buena fe, con realismo y espíritu de compromiso, con el esfuerzo de facilitación dirigido por su enviado personal, Staffan de Mistura, en la continuidad del proceso de mesa redonda iniciado por su predecesor.

Una solución política negociada queda así consagrada en este nuevo informe del secretario general, como lo ha estado en informes anteriores y en resoluciones del Consejo de Seguridad durante los últimos veinte años, como la única vía para encontrar una solución a este conflicto regional artificial.

Por otra parte, el secretario general de la ONU subrayó que el papel de Argelia sigue siendo crucial para alcanzar una solución política a la cuestión del Sáhara.

Reiterando su «preocupación por el deterioro de las relaciones entre Marruecos y Argelia», Guterres renovó sus llamamientos en favor de una «vuelta a la normalidad en las relaciones entre los dos países con vistas a crear un clima propicio a la paz».

El vínculo directo establecido al más alto nivel de la ONU entre la búsqueda de una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable y el deterioro de las relaciones entre Marruecos y Argelia demuestra una vez más, por si hiciera falta alguna prueba, la responsabilidad de Argelia en la perpetuación de este conflicto regional.

En efecto, Argelia no puede eludir sus responsabilidades políticas, históricas y morales, no sólo en la creación, ex nihilo, de este conflicto, sino también en su perpetuación mediante el bloqueo de los esfuerzos de la ONU encaminados a una solución política y la multiplicación de actos unilaterales odiosos y belicosos que han provocado un deterioro deliberado de las relaciones entre los dos países hermanos.