Sahara marroquí: cuando El Perú se alinea con la pertinencia de la causa nacional

Al hacer valer el derecho internacional lejos de cualquier perjuicio ideológico, Perú acaba de cerrar un paréntesis que nunca debió existir y corregir un error que afectó a sus relaciones con Marruecos. El gobierno de este país andino suspendió las relaciones con una «república» fantasmagórica y decidió alinearse con la pertinencia de la causa nacional del Reino y ponerse del lado de la legitimidad internacional.

La decisión de suspender las relaciones diplomáticas con la pretendida «rasd», anunciada por el gobierno de la presidenta Dina Boluarte, fue recibida con beneplácito por diferentes personalidades políticas, parlamentarios, activistas de derechos humanos, académicos y periodistas tanto del Perú como de otros países de América Latina.

Así, el ex ministro peruano de Asuntos Exteriores, Luis González Posada, declaró a la MAP que el gobierno de su país acaba de anular una decisión anterior adoptada por el ex presidente Pedro Castillo, que había violado los principios de la política exterior de Perú al reconocer una entidad fantasmagórica.

El ex diplomático peruano estimó que la suspensión de las relaciones de su país con el Polisario abrirá una nueva página en las relaciones históricas y fraternales entre Marruecos y Perú, que el año próximo celebrarán 60 años de relaciones diplomáticas.

El historiador y académico paraguayo Luis Agüero Wagner consideró que la suspensión por parte del Perú de sus relaciones con una entidad ficticia es una decisión que se enmarca en el sentido correcto de la historia, y confirma una vez más que el Sahara fue y seguirá siendo marroquí hasta el fin de los tiempos.

Según este profesor de historia del Instituto de la Fuerza Aérea del Paraguay y autor de un libro titulado «El Sahara marroquí más allá del Sahara Occidental», la decisión peruana es conforme al derecho internacional, tomada por la República del Perú, «abre nuevas perspectivas a la cooperación bilateral no solamente entre Rabat y Lima, también con toda Latinoamérica que está avanzando inexorablemente hacia el esclarecimiento del conflicto en el Sahara respaldando al Reino de Marruecos en la defensa legítima de su integridad territorial».

Por su parte, la expresidenta del Congreso peruano, Marta Chávez, destacó que la decisión de Perú de suspender relaciones diplomáticas con una entidad imaginaria «hace justicia a la amistad permanente que nos une al pueblo marroquí».

Añadió que Perú siempre ha sido respetado en los foros internacionales y «no se puede tener relaciones diplomáticas con un ente que no existe (…) con gente que no tiene ni territorio, ni pueblo ni gobierno”, calificando al «Polisario» de grupo separatista que «no representa a los saharauis y cuya preocupación consiste en desviar los fondos de ayuda humanitaria y violar los derechos humanos en los campos de Tinduf».

Chávez lamentó que el gobierno de Castillo quedó fuera de la historia, pero, afortunadamente, el nuevo gobierno peruano valora los esfuerzos realizados por Marruecos para encontrar una solución a este conflicto.

Por su parte, Carlos Ernesto Bustamante, presidente del grupo parlamentario de amistad Perú-Marruecos y presidente del grupo de apoyo a la iniciativa de autonomía marroquí en el seno del Congreso peruano, consideró que la suspensión de relaciones con una entidad separatista corrige un error cometido durante la época del expresidente Castillo.

Y añadió: «Saludamos la decisión del Perú sobre el conflicto del Sahara marroquí, que ayudará a consolidar las relaciones diplomáticas, comerciales y culturales entre el Perú y Marruecos, dos países que celebrarán el próximo año el 60 aniversario del establecimiento de sus relaciones diplomáticas”.

En Chile, el activista de derechos humanos, Juan Moraga, presidente de la ONG «Derechos Humanos Sin Fronteras», celebró la decisión peruana de suspender relaciones con «una entidad que no cesa de violar los derechos humanos».

Para Moraga, la decisión de Perú facilitará la denuncia de las graves violaciones cometidas por este grupo armado contra los saharauis secuestrados en los campamentos de Tinduf.

Por su parte, el vicepresidente de la Federación de Periodistas del Perú y experto en relaciones internacionales, Ricardo Sánchez Serra, consideró que su país, al suspender las relaciones diplomáticas con una nación inexistente como la pseudo “rasd”, ha vuelto a la normalidad en su política exterior y en sus relaciones internacionales.

Sánchez Serra añadió que era inconcebible que el gobierno del golpista expresidente Pedro Castillo, hoy en las cárceles peruanas, haya obedecido a órdenes ideológicas y reconocido a un ente inexistente, que, por ello, no estaba reconocido por las Naciones Unidas o la Unión Europea, ni por más de 160 países del orbe.

Peor aún, añadió el periodista peruano, “que los cabecillas del Polisario, tengan comprobados vínculos con el terrorismo y el narcotráfico, sufriendo el Perú con estos males”. El internacionalista peruano dijo que , «para demostrar -después de tantos vaivenes perjudiciales-, una auténtica amistad con Marruecos,  debemos abrir un Consulado en Dajla y Laayún, como decenas de países ya lo hicieron».

Esta decisión de Perú, país que ha visto nacer a personalidades de renombre mundial en el ámbito diplomático, es considerada por muchos observadores como una muestra de amistad hacia Marruecos y de apoyo a los esfuerzos de las Naciones Unidas para resolver el conflicto artificial en torno al Sahara marroquí.

Los observadores en América Latina destacan que el Perú se alinea así con la posición de países convencidos de la pertinencia de la causa nacional y de la soberanía del Reino sobre sus provincias del sur y que la solución a este conflicto pasa por una iniciativa de autonomía calificada de “seria y creíble” por la comunidad internacional.