Temen crisis humanitaria en Níger tras expulsar a 7.000 migrantes de Argelia (EFE)

Las autoridades locales y ONG temen una crisis humanitaria y el aumento de la criminalidad transfronteriza en la localidad de Assamaka, pueblo nigerino fronterizo con Argelia, tras la expulsión de más de 7.000 emigrantes subsaharianos desde el territorio argelino en los últimos cuatro meses.
El ministro de Interior de Níger, Hamadou Amadou Souley, viajó esta semana a la aldea fronteriza, situada en la región de Agadez, para informarse de la situación humanitaria en la zona tras la expulsión de más de 7.000 emigrantes subsaharianos por las autoridades argelinas en varios grupos a lo largo de los últimos cuatro meses.
«Desde el comienzo de 2023, las expulsiones de ciudadanos de África Central adquirieron una dimensión crítica con 7.172 personas expulsadas ante una disponibilidad de servicios sociales de base (en la zona) muy limitadas. Esta fuerte concentración de emigrantes tiene como corolario un fuerte aumento de la criminalidad fronteriza», subrayó el ministro nigerino.
REVISAR EL RETORNO VOLUNTARIO DE LA OIM
El ministro llamó a los países miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) a acelerar el proceso de identificación de sus ciudadanos que optan por el programa de retorno voluntario organizado por la Organización Internacional de la Migración (OIM).
Asimismo, Amadou Souley llamó a la OIM a revisar este programa, que según el responsable nigerino figura entre las causas de estas «avalanchas de emigrantes que se dirigen a Agadez con el único objetivo de beneficiarse de una reintergración socio-económica».
Por su parte, Alkassoum Ibrahim, miembro de la ONG canadiense Comité Internacional de Ayuda de Emergencia (CIUAD) -que opera en Assamaka en coordinación con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR)- explicó a EFE por teléfono que este bloqueo de los emigrantes en Assamaka se debe a «una falta de recursos al que se confronta actualmente la OIM».
Según él, desde enero de este año varios flujos de emigrantes expulsados por Argelia llegaban de manera constante a esta aldea. El último grupo que llegó fue de 710 migrantes, entre ellos mujeres y niños, expulsados el pasado 23 de abril que estaban en un estado de «vulnerabilidad extrema», lamentó CIUAD.
«Este nuevo grupo, compuesto de ciudadanos de países miembros de la CEDEAO fue abandonado por la policía argelina en la zona del ‘punto cero’ en pleno desierto. Recorrieron 15 kilómetros a pie para llegar a Assamaka hacia las 3 de la madrugada», explicó.
Entre los emigrantes había 298 guineanos, entre ellos cuatro niñas menores de edad, 138 malienses, entre ellos una menor, 64 nigerinos, 56 marfileños, y el resto eran de Burkina Faso, Congo, Nigeria, Gambia, Sierra Leona, Camerún y Liberia.
TENSIÓN ENTRE EMIGRANTES Y POBLACIÓN LOCAL
El agente humanitario detalla que el único centro de acogida de la OIM en la ciudad tiene una capacidad de 1.000 personas y acoge actualmente a 1.4000 emigrantes.
«El resto de personas viven en las calles de la localidad, se dedican a la mendicidad, a la prostitución e incluso a robar», lamentó.
Las autoridades locales nigerinas consideran la llegada de estos contingentes de emigrantes como una amenaza para la seguridad de la población local de Assamaka, estimada en menos de 3.000 habitantes, y para toda la región de Agadez.
Mahamadou Illa, un habitante de Assamaka, denunció en declaraciones a EFE por teléfono que estos emigrantes «matan a animales callejeros» y «agreden por la noche a los habitantes para robar sus bienes», lo cual ha provocado enfrentamientos entre los emigrantes y la población local, añade.
Ante esta situación, las autoridades locales de Assamaka instauró una patrulla militar nocturna desde las 21h00 para garantizar la seguridad del pueblo.
Ibrahim señaló que otra asociación «COOPI» construyó tres nuevos centros de acogida en la aldea para recibir a cerca de 3.200 emigrantes.
«La asistencia a estos emigrantes corre a cargo de Médicos Sin Fronteras que les ayudan con un kit de primeros auxilios (mantas, toallas, jabón, zapatos, etc) y les garantiza agua y atención médica», añadió.
Sin embargo, para las autoridades locales están más preocupados por la el problema de seguridad e instan a la OIM encontrar una solución.
«Agadez no puede seguir soportando sola estos flujos interrumpidos de emigrantes devueltos de Argelia», criticó recientemente el presidente del Consejo Regional de Agadez, Mohamed Anako.
La expulsión de los emigrantes desde Argelia no fue abordada entre las autoridades de ambos países durante la última visita del ministro argelino de Exteriores, Ahmed Attaf, los pasados jueves y viernes a Niamey. (swissinfo.ch)