Sáhara Occidental: el Polisario angustiado por las elecciones en Marruecos

ould-rachidLos dirigentes del Polisario están ulcerados por las elecciones del 4 de septiembre en Marruecos, donde muchos saharauis se acoplan con seriedad en la campaña electoral en pleno apogeo en las ciudades y pueblos del Sáhara Occidental.

Lo que suscita muy particularmente la consternación en la dirección del Polisario, es la movilización sin precedentes de jóvenes saharauis. Un ardor que angustia el Frente separatista apoyado por Argelia, que redobló llamadas hacia estos jóvenes para boicotear las elecciones.

Se trata generalmente de jóvenes educados y de cuadros saharauis que el Polisario considera como sus simpatizantes dentro de las principales ciudades, en El Aaiún, Dakhla, Smara. Pero el entusiasmo que estos jóvenes han demostrado en presentarse a las elecciones municipales y regionales, derrota a los dirigentes separatistas.

Más que nada, el Polisario y Argelia temen que está participación masiva de los saharauis en las elecciones sea sinónimo de su adhesion al proceso democrático en Marruecos, y el entierro del proyecto separatista.

Sobre todo porque las elecciones locales del 4 de septiembre serán duplicados de un vota por el consejo de la Región, que los observadores vén como un preludio a la aplicación del plan de autonomía para el Sáhara Occidental. La elección directa del presidente y de los miembros del Consejo de Distrito, le da el poder de decisión a los votantes.

El frente independentista contaba en especial con la juventud para mantener viva la llama de la reivindicación de la independencia. Pero dado el entusiasmo evidente para el escrutiño que debe celebrarse dentro de 10 días, los dirigentes del Polisario y los responsables argelinos se ven obligados a enfrentar a los hechos: el proyecto de la creacion de otro estado en la región del Magreb no cuadra.

Esto se convirtió en una certeza, no sólo entre los habitantes del Sáhara Occidental, pero también a nivel internacional. La comunidad internacional y las principales capitales del mundo están dispuestos a evitar la creación de un nuevo foco de tensión en una región ya debilitada por el aumento de los grupos terroristas y separatistas.