Senadores colombianos protestan contra la decisión del presidente de reconocer la pretendida «rasd”

Senadores colombianos de diferentes partidos políticos protestaron en la noche del martes contra la decisión del presidente Gustavo Petro de reconocer la pretendida «rasd», durante la presentación de una moción firmada por una abrumadora mayoría que considera que la posición de este mandatario de izquierda «va en contra de los principios fundamentales de la diplomacia colombiana».

En su intervención tras la lectura de esta moción, dada por el secretario general del Senado, Gregorio Eljach Pacheco, el senador Germán Blanco Álvarez, miembro del Partido Conservador (en el poder) y ex presidente de la Cámara de Representantes, arremetió contra la decisión del presidente Gustavo Petro (izquierda) que perjudica las relaciones diplomáticas y económicas con Marruecos.

El senador recordó, durante esta sesión plenaria, los diversos convenios firmados entre Marruecos y Colombia, entre ellos el de exención de visados, así como los avances en las relaciones bilaterales cuya viabilidad está hoy amenazada por la injerencia colombiana en los asuntos internos del Reino.

Para Germán Blanco, el Estado colombiano no tiene por qué inmiscuirse en los asuntos de otros Estados, asegurando que esta entidad (polisario) instalada en el desierto no es más que un movimiento separatista.

Ni los países árabes ni la ONU reconocen a esta entidad, auspiciada por Argelia, subrayó el senador colombiano, que califica al polisario de «movimiento separatista y terrorista», denunciando que Colombia se suma a un puñado de países que, como Argelia, reconocen a la pretendida «rasd».

El presidente colombiano, que desenterró un documento de 1985 para justificar su decisión de reconocer a la entidad títere, debería saber que «el mapa geopolítico del mundo es hoy absolutamente diferente (…) ya no hay muro de Berlín y ya no hay Unión Soviética. El contexto político del mundo era completamente diferente entonces», argumentó.

Según el senador colombiano, Petro expresaba sus posiciones en redes sociales desde 2010 antes de ser presidente, no hay nada de malo en ello, pero ahora que es presidente, debe actuar como tal.

«Hoy en día, no podemos permitirnos, en un país democrático como el nuestro, reconocer a un grupo separatista como si fuera un país, para perjudicar las relaciones con Marruecos», continuó, pidiendo al ministro de Asuntos Exteriores que reconsiderara esta postura.

El senador también criticó a la senadora Gloria Flórez Schneider (Partido Colombia Humana), presidenta de la Segunda Comisión Constitucional Permanente, quien fue una de las principales impulsoras de la decisión del presidente.

Por su parte, José Luis Pérez Oyuela, del partido Cambio Radical (derecha), dijo que Marruecos tiene una gran tradición de buenas relaciones con Colombia, que se remonta a más de 40 años, con intercambios culturales y académicos y cooperación bilateral.

Para él, Colombia debería apoyar el proyecto de autonomía para el Sáhara, llamando al ministerio de Asuntos Exteriores a ser prudente con las relaciones históricas y estables con Marruecos, ante la decisión de reconocer al polisario.

Por su parte, la senadora Paola Holguín Moreno (Centro Democrático) expresó el apoyo de su grupo parlamentario a la moción firmada por una abrumadora mayoría de 62 senadores de un total de 108, recordando que el frente polisario no tiene estatus oficial en la ONU.

La senadora expresó su preocupación por el reconocimiento de este grupo armado y de sus representantes que no tienen ninguna representación en la ONU, añadiendo que desde 1969, Colombia y Marruecos mantienen relaciones diplomáticas ininterrumpidas y el año pasado firmaron cuatro convenios sobre exención de visados, lucha contra el narcotráfico, transporte aéreo y con la Agencia Marroquí de Cooperación Internacional.

Marruecos, añadió, presentó en 2007 una iniciativa para la solución del diferendo del Sáhara. «Sabemos que las relaciones diplomáticas son constitucionalmente responsabilidad del Ejecutivo, pero sabemos que nosotros, como parlamentarios, tenemos una obligación con respecto a un tema tan sensible. Se trata de un derecho de soberanía y de un asunto tratado por la ONU», sostuvo el senador.