Sáhara marroquí: la hora del balance y de la aclaración

SM el Rey Mohammed VI hizo un balance de los numerosos e irreversibles logros alcanzados en la cuestión del Sáhara marroquí e invitó a los socios aún indecisos de Marruecos a abandonar sus posiciones ambiguas y poner fin a la ambivalencia en una cuestión crucial para Marruecos.

En el discurso pronunciado este sábado con motivo del 69º aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo, las palabras del Soberano son claras como el agua.

Sin triunfalismo y con un alto sentido de la síntesis y la claridad, el Soberano hizo un balance de los dos últimos años en cuanto a la evolución favorable del expediente del Sáhara debido a la fuerza de convicción de la diplomacia Real, así como a la seriedad y credibilidad de la iniciativa marroquí de autonomía en las provincias del sur.

La posición justa y legítima del Reino en esta cuestión ha sido el principal vector de los grandes avances logrados por la diplomacia marroquí a nivel regional e internacional, avances que se han traducido en el apoyo expresado por muchos países influyentes a favor de la plena soberanía de Marruecos sobre sus territorios saharianos.

En la lista de apoyos internacionales, el peso geopolítico de Estados Unidos, Alemania, España, Holanda y Portugal, entre otros, está claramente a favor de Marruecos. Esto se suma al hecho de que el 84% de los países miembros de la ONU no reconocen la entidad ficticia instalada por Argelia en Tinduf.

En cuanto al apoyo estadounidense, SM el Rey destacó la constancia de la posición de los Estados Unidos de América, «que no se altera con el cambio de administraciones, ni le afectan las coyunturas», lo que constituye un revés para los profesionales de la prestidigitación que apuestan en vano por un cambio de administración en Washington.

La posición «clara y responsable» de España, que conoce mejor que nadie la génesis y la verdadera naturaleza del conflicto del Sáhara marroquí, fue saludada por el Soberano, quien reiteró que la asociación con el vecino del norte está ahora protegida de las circunstancias regionales y los cambios del Gobierno a nivel interno.

Como en el caso de España, precisa el Soberano, la «posición constructiva» de los países europeos hacia la Iniciativa de Autonomía ha fortalecido las relaciones de confianza con estas naciones amigas y ha reforzado la asociación de calidad que las une a Marruecos.

Más allá de una posición, una treintena de países africanos, árabes y latinoamericanos han dado un apoyo inequívoco, franco y claro a la marroquidad del Sáhara abriendo consulados en las provincias del sur, lo que en lenguaje diplomático se traduce en un reconocimiento irrevocable de la soberanía del Reino sobre estos territorios.

Basándose en este balance tan positivo y en la justedad de la causa nacional, SM el Rey envió un claro mensaje al resto del mundo para subrayar el lugar central que ocupa la cuestión del Sáhara en las relaciones que mantiene Marruecos con su entorno internacional. Es el criterio claro y sencillo con el que “mide la sinceridad de las amistades y la eficacia de las asociaciones», subrayó Su Majestad el Rey Mohammed VI.

Asimismo, los socios de Marruecos, ya sean tradicionales o nuevos y cuyas posiciones sobre la cuestión del Sáhara siguen siendo ambiguas, son invitados por el Soberano a aclarar su posición para que no sufra ninguna ambivalencia.

Por decirlo claramente, se les invita a salir de su zona de confort y a dejar de lado el lenguaje diplomático silencioso para expresar leal y honestamente su apoyo a la Iniciativa de Autonomía.

También es una forma de decir que, a partir de ahora, el gris no tiene cabida en las relaciones que estos países desean mantener con Marruecos.

Todos estos logros son fruto de una inquebrantable unidad nacional construida por los marroquíes de dentro y de fuera, con todas sus confesiones.

A este respecto, SM el Rey saludó a los miembros de la comunidad marroquí residente en el extranjero «que están haciendo todo lo posible por defender la unidad territorial, desde los diferentes foros y lugares, en los que se encuentran».

Los cinco millones de marroquíes que viven en el extranjero, más los cientos de miles de judíos marroquíes, constituyen un tesoro de competencias que hay que preservar y desarrollar mediante políticas de acogida y acompañamiento adaptadas a sus necesidades y que estén a la altura del amor que sienten por su país.

El Soberano destacó el alto perfil, «motivo de orgullo», de los miembros de la comunidad marroquí en el extranjero en diversos ámbitos científicos, económicos, políticos, culturales, deportivos y otros, considerando que «ha llegado el momento para dotarla del acompañamiento necesario, así como de las condiciones y medios oportunos para que pueda dar lo mejor de sí a favor del país y de su desarrollo».

Este enfoque requiere necesariamente la modernización y la mejora del marco institucional concierne rige a esta categoría de ciudadanos, querida por SM el Rey.