La tragedia humanitaria en Tinduf tal como denuncia el Washington Post
El conflicto del Sáhara Occidental ha durado demasiado tiempo y sólo agrava el sufrimiento de los saharauis Marroquiés, presos de los separatistas del Polisario, bajo la supervisión del régimen argelino.
Es hora para que la comunidad internacional de poner a Argelia y el Polisario ante sus responsabilidades y para la ONU de asumir las suyas, frente a la tragedia humana indescriptible y la degradación de los derechos humanos en los campamentos de Tinduf, dice el » Washington Post».
Como recordatorio, cinco ONG, entre ellas Human Rights Watch y Amnistía Internacional, protestaron en una carta en febrero de 2014 contra la negativa del gobierno argelino de permitir desde hace años, a los defensores de derechos humanos internacionales y expertos de la ONU de entrar en Argelia.
En un artículo parecido en la primera pàgina del Washington Post, la periodista estadounidense Jennifer Rubin hace un llamamiento a las Naciones Unidas ya la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades en la tragedia humanitaria creada en Tinduf por los dirigentes del Polisario y sus padrinos argelinos.
Para Rubin, el bloqueo de la solución del conflicto por parte de Argelia y el Polisario , favorece la proliferación de la trata de seres humanos, armas y drogas, así como la activación de los grupos terroristas en el norte de África y el Sahel.
En este análisis, titulado «Otra tragedia de los refugiados en las narices de la ONU» Rubin evoca también la privacion de las poblaciones encerradas en Tinduf, su libertad de circulación, expresión y asociación.
Cita el testimonio conmovedor del disidente saharaui Mohamed Cherif, hoy activista por los derechos humanos y presidente de la Asociación «Luz y Justicia.» En una entrevista con Rubin, éste ultimo narra la persecución que sufrió en las cárceles del Polisario, encarcelado por denunciar el sufrimiento de la gente en los campamentos de Tinduf.
Antes de unirse a Marruecos, recuerda la periodista, chérif fue encarcelado de 1981 hasta 1986 en el campamento de Rachid, donde fue sometido a un largo aislamiento en un agujero cavado en las arenas del desierto argelino.
Jennifer Rubin también estigmatiza la negativa de Argelia de autorizar el censo de población de los campamentos y señaló el mal uso de la ayuda humanitaria y la toma de rehenes orquestados por el Polisario contra allegados de cualquier persona que huyó los campamentos de Tinduf.