Sáhara : Argelia y el Polisario disparan con toda la artilleria contra la ONU y la MINURSO
El régimen argelino y el Polisario, que últimamente parecen faltos de argumentos para engrasar su perniciosa maquinaria propagandística contra Marruecos y su integridad territorial, han tomado ahora como objetivos a la ONU y su misión en el Sahara «MINURSO» , exigiéndoles que implementen la opción obsoleta del “referéndum de autodeterminación” que ha sido definitivamente descartada en la jerga de la ONU.
La demanda del tándem Argelia-Polisario no solo es totalmente ignorada en las resoluciones de la ONU, sino que la ONU y su órgano ejecutivo exigen en cada sesión, a Argelia, el registro y censo de los habitantes saharauis de los campamentos de Tinduf por parte de una de las agencias de las Naciones Unidas, en particular el Alto Comisionado para los Refugiados (HCR), que las autoridades argelinas siempre han rechazado.
Por otro lado, en sus últimas resoluciones sobre el Sahara, el Consejo de Seguridad aboga por «una solución política, realista, pragmática, duradera y de compromiso», respaldando así la propuesta marroquí de amplia autonomía para el Sahara, y cuya seriedad y credibilidad se reafirma en las 16 resoluciones adoptadas desde 2007 por el órgano supremo de las Naciones Unidas.
Este método de manejo de la cuestión del Sahara por parte de la ONU no es para complacer a los viejos y nuevos dirigentes de Argel que erigieron bajo el reinado del ex presidente derrocado, Abdelaziz Buteflika, esta cuestión a la cabeza de la Prioridades de la política exterior Argelina.
Al mismo tiempo, estos mismos dirigentes nunca quisieron admitir la parcialidad de Argelia en este conflicto y continuan reclamando la neutralidad de su país y reivindicando, erróneamente, la condición de observador en las conversaciones lideradas por la Organización de las Naciones Unidas para la solución definitiva de la disputa territorial en torno al Sahara marroquí.
La furia de los dirigentes Argelinos y sus protegidos del Polisario se ve agravada por los amargos fracasos que les ha infligido la diplomacia marroquí en la ONU, así como en Europa, África o América Latina.