Cómo Mohamed Abdelaziz se apodera del Frente Polisario?
El indesmontable Mohamed Abdelaziz ha vuelto a amontonar sin gran sorpresa, una vez más a la Secretaría General del Frente Polisario, como lo ha hecho desde el principio, solo después de la separación de cualquier otro candidato en su camino.
El perene líder del Polisario ha sido reconducido el domingo por la noche, en la víspera de la clausura de la 14º Congreso, del Frente cuyos trabajos se extendieron durante dos días más a causa de dificultades no reveladas, para elegir a la totalidad de los cuadros de las instancias del Polisario incluidos los de su Secretaría Nacional.
Sin embargo, hay que recordarlo, en el transcurso del congreso constituyente del Frente el 10 de mayo de 1973 en Zouerate en Mauritania, este hijo de Khelili Mohamed Salem Rguibi, un ex soldado de las Fuerzas Armadas Reales, que actualmente vive en Kasba Tadla una pequeña ciudad en el centro de Marruecos no ha sido designado como miembro del buró político del Polisario, con el argumento de que nació en Marrakech y no en el Sáhara Occidental. Él no podía acceder a la dirección del Frente en agosto de 1976, después de la muerte sospechosa de El-Ouali Mustafa Sayed, uncargo que ha sabido guardar hasta esta fecha, gracias a la bendición y el apoyo de los generales del ejército argelino y, especialmente, del poderoso Departamento de Inteligencia y Seguridad (DRS servicios secretos militares).
Unica novedad de este 14º Congreso es que, a diferencia de los anteriores congresos, ningún candidato ha sido capaz o dispuesto a competir con el siempre-eterno Abdelaziz que el régimen argelino parece haber designado de por vida, por haber siempre obedecido sus órdenes.
Las mayoría de los cuadros del «politburó» probablemente fueron disuadidos de solicitar este cargo o simplemente negarse a jugar, como antes, el papel de «liebre» para no asegurar esta puesta en escena electoral y darle una apariencia de democracia y de transparencia.
Aunque inspirado por el jefe de Estado argelino, Abdelaziz Buteflika, que se aferra a la silla de la presidencia a pesar de su derrame cerebral que le inmovilizó en su silla de ruedas y que le evita incluso de pronunciarse correctamente, Mohamed Abdelaziz, también, no suelta prenda, a pesar de su salud seriamente agravada por un cáncer de pulmón que está en una étapa avanzada.
Todavía batirá todos los récords de longevidad a la cabeza de la quimérica República Saharaui «RASD», una entidad títere creada desde cero por el régimen argelino.