El Reino es desde mucho tiempo un «baluarte» contra los flujos migratorios ilegales hacia Europa – diputados marroquíes de la Comisión Parlamentaria Mixta Marruecos-UE –

El Reino de Marruecos es desde mucho tiempo un «baluarte» contra los flujos migratorios ilegales hacia Europa, subrayaron los diputados marroquíes, miembros de la Comisión Parlamentaria Mixta Marruecos-UE.

El Reino utiliza sus propios recursos para vigilar sus fronteras y colaborar con Europa y África para gestionar mejor los flujos migratorios, precisaron estos diputados en una carta enviada en su nombre por Lahcen Haddad, copresidente de la comisión parlamentaria mixta Marruecos-UE, a sus homólogos del Parlamento Europeo sobre el tema del asalto ocurrido el 24 de junio de 2022 contra la valla que separa las ciudades de Nador y Melilia.

Señaló, en este sentido, que las fuerzas marroquíes vigilan sus fronteras terrestres y marítimas exteriores para evitar las entradas ilegales en el país y las fronteras interiores para evitar los cruces ilegales hacia Europa.

Así, Marruecos gasta 500 millones de euros al año para luchar contra la inmigración ilegal hacia Europa, mientras que la ayuda de la UE a Marruecos en este sentido no supera un total de 270 millones de euros para un periodo total de 15 años, es decir, una media de apenas 15 millones al año, recordó, añadiendo que la lucha contra la inmigración ilegal requiere recursos y una verdadera asociación.

Por el momento, Marruecos utiliza sus propios recursos para vigilar 3.500 kilómetros de fronteras marítimas y 3.400 kilómetros de fronteras terrestres, insistió Haddad, sosteniendo que, a pesar de la magnitud del desafío, los éxitos están ahí: 1.300 redes desmanteladas sólo en los últimos cinco años (256 en 2021 y 100 hasta mayo de 2022).

Asimismo, se han frustrado más de 360.000 intentos de migración ilegal desde 2017 (63.000 en 2021 y 26.000 hasta mayo de 2022), ha continuado, señalando que estos rotundos éxitos no deben verse empañados por acontecimientos trágicos como el reciente asalto violento a Nador y Melilia.

Haddad también destacó que Marruecos no es sólo una fuente de migración y de tránsito, sino también una tierra de acogida, recordando que desde 2013, el Reino ha adoptado una política de legalización de los migrantes ilegales que ha permitido legalizar casos de 50.000 migrantes, además de unos 12.000 estudiantes subsaharianos que estudian en las universidades marroquíes, el 90% de los cuales viven con becas concedidas por el Gobierno marroquí.

«Así, como diputados, celebramos los esfuerzos humanos del Gobierno marroquí para proteger la dignidad y los derechos de los migrantes y de las víctimas vulnerables de la mafia y del crimen organizado», sostuvo en esta carta, señalando con satisfacción la forma en que la Marina Real marroquí rescató a casi 15.000 personas en el mar en 2021 y a 2384 en 2022.

Haddad afirmó, además, que los parlamentarios marroquíes, miembros de la comisión parlamentaria mixta Marruecos-UE, animan al Gobierno marroquí a consolidar su política de enfoque humano, basada en los derechos en materia de la migración, promoviendo al mismo tiempo el retorno seguro de los migrantes a sus países de origen, respetando sus derechos y su dignidad y en coordinación con los países africanos.

«La migración no puede gestionarse únicamente a través de un enfoque de seguridad, el fortalecimiento de la migración legal y mutuamente beneficiosa, la facilitación de los procedimientos de visado para profesionales, empresarios, estudiantes y temporeros, y el desarrollo sostenible y más eficaz de los países de origen, mediante un programa eficaz de ayuda internacional y la creación de una espacio de crecimiento virtuoso y prosperidad en torno al Mediterráneo, en el norte de África y en las regiones del Sahel son puntos de entrada reales y eficaces para una estrategia exitosa de la UE y sus socios en materia de migración», estimó.

El contexto internacional actual es tal que los intentos de emigración ilegal no harán más que exacerbarse, citando las turbulencias post-Covid, la guerra en Ucrania y el aumento de los precios de los alimentos y la energía, la militarización de la energía por parte de algunos países de Europa del Este y del Norte de África, el aumento de la inestabilidad en el Sahel, el Norte de África, el Mar Negro y el Mar del Sur de China, que no sólo provocará un aumento del número de migrantes y refugiados, sino también la militarización de la migración.

Haddad afirmó, además, que ya es hora de replantear las asociaciones y políticas de vecindad para trabajar en pro de un enfoque de la migración más sostenible y mutuamente beneficioso que proteja las fronteras y soberanías nacionales, abriendo al mismo tiempo razonablemente las puertas a la circulación legal y sostenible de personas entre los países del Norte y del Sur.

La prosperidad compartida es la clave de este nuevo modelo de política de vecindad entre Europa y sus socios del sur, aseguró.

Refiriéndose al asalto del 24 de junio, Haddad subrayó, en esta carta, que estas «mafias migratorias» (calificadas así por el presidente del Gobierno español) son grupos organizados que se aprovechan de las aspiraciones y deseos de los migrantes africanos en busca de una vida mejor, para servir a sus fines de tráfico de personas, señalando que estos trágicos sucesos marcan un gran cambio en los métodos utilizados por las redes de tráfico de personas, inmigración ilegal y crimen organizado para traer ilegalmente a Melilia el mayor número posible de migrantes.

«Estos últimos años, la violencia registrada ha alcanzado un nivel sin precedentes, volviéndose más organizada y más mortífera», dijo, añadiendo que varios elementos militarizados y entrenados cruzan el Gran Desierto del Sahara, pasan por Argelia para llegar finalmente a Marruecos.

Añadió que el asalto del 24 de junio no hace más que confirmar esta realidad, señalando que los líderes de la mafia migratoria están entrenados en las peleas callejeras violentas, la guerrilla y la fabricación de armas improvisadas.

Haddad también estimó que es muy probable que algunos de ellos hayan sido entrenados por grupos criminales organizados que recorren la vasta región del Sahel y el Gran Sahara.

El cambio de métodos de «ligeramente violentos» (en el pasado) a «peligrosamente letales» (últimamente) «refleja un peligroso cambio que todos (países de la UE, del Norte de África y del Sahel) debemos tener en cuenta en nuestros futuros esfuerzos de colaboración para luchar contra la delincuencia organizada y la migración ilegal y violenta», concluyó.