Argelia culpa a España de haberle impedido imponer su visión sobre la cuestión del Sáhara – escritor-periodista –

Argelia culpa a España de haberle privado de imponer su visión de la solución del conflicto del Sáhara, al desempeñar el papel de «potencia administradora» del territorio, escribe el escritor-periodista, Abdelhamid Jmahri.

En un artículo titulado «¿Por qué Argelia está enfadada con Madrid, sin estarlo con otros?», publicado por el diario Al Ittihad Al Ichtiraki en su edición dominical, Jmahri subraya que «Argelia está enfadada con España porque le ha privado de la única carta con la que quiere imponer su punto de vista», señalando que Argel «sabe que Madrid era su único recurso en las batallas jurídicas de la ONU para organizar un referéndum».

Argelia lo sabe bien, añade el escritor-periodista, «la única carta tras la que puede esconderse en su reivindicación de lo que llama autodeterminación, es el hecho de que España sigue desempeñando un papel que ya no le corresponde y que ya no quiere desempeñar», estimando que «este papel y esta carta es que Madrid es la ‘potencia administradora’ en la cuestión del Sáhara».

El autor del artículo añade que el mundo sabe que España ya no es la «potencia administradora» y que Madrid ha roto con este papel desde 1976 en una carta a las Naciones Unidas, señalando que el país ibérico ha reiterado esta posición en varias ocasiones en los últimos dos años.

El autor prosigue que la destituida ministra de Asuntos Exteriores, González Laya, había declarado esto en el Parlamento en febrero de 2021, en respuesta a una pregunta de uno de los partidarios de los separatistas.

Jmahri se pregunta por las razones de este empeño: ¿Por qué el grupo de El Muradia insiste incansablemente en que Madrid es «la potencia administradora»? ¿Por qué Argelia quiere que España desempeñe un papel que ya no desea?

La respuesta es sencilla: «es porque la concepción argelina del derecho de autodeterminación se basa en la tesis de que «el Sáhara es una de las regiones que no gozan de autonomía, y por tanto la potencia administradora debe conducirla hacia la independencia».

El periodista añadió que «en lugar de que nuestro vecino del este se incline por una solución nacional, es decir, por el establecimiento de la autonomía en las provincias del sur, (…) prefiere enterrar este logro resultante de la propuesta marroquí y apoya el separatismo, aunque sea para obligar a España a desempeñar un papel que no desea».

«Lo que Argelia pide realmente a España no es una posición neutral como pretende, sino que actúe en su nombre, en términos de derecho internacional y de interpretación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y de las Naciones Unidas, en particular la Resolución 1543 y la sentencia de la Corte Internacional de Justicia, una interpretación sesgada que tiende a la tesis del referéndum», explica Jmahri.

Así, Argelia sigue reproduciendo un discurso caduco e insiste en que España se haga cargo de la tutela en nombre de una legitimidad internacional denostada, concluyó, diciendo que ve en ello «un estado de gran desesperación, que no tiene más precedente que el Acuerdo Tripartito de Madrid de noviembre de 1975».