Todo el mundo sabe que España no es una potencia administradora del Sáhara marroquí, excepto Argelia – Escritor-periodista –  

El escritor-periodista Abdelhamid Jmahri estimó el miércoles que todas las partes saben que España no es una potencia administradora del Sáhara marroquí, excepto Argelia.

España no es una potencia administradora del Sáhara marroquí, las Naciones Unidas lo saben, España también, los saharauis también, excepto el presidente Tebboune que se niega a admitirlo», escribió en un editorial titulado «Para el presidente argelino, España es una potencia administradora del Sáhara a su pesar», publicado el miércoles en el diario «Al Atihad Al Ichtiraki».

El autor agrega que «está claro que el presidente argelino Abdelmajid Tebboune está totalmente convencido de que conoce mejor que España su situación política y sus decisiones internacionales y no duda en dar lecciones sobre este registro y en organizar ruedas de prensa para presentar sus argumentos históricos y morales desde la distancia».

También señala que »el presidente argelino persiste en afirmar que conoce España mejor que el presidente del Gobierno español y el Rey Felipe VI y su padre Juan Carlos I, así como todos los demás responsables españoles, arrogándose la condición de guionista que fija los papeles».

Este presidente sigue repitiendo datos obsoletos a su pueblo y al mundo entero, llegando a tergiversar las verdades sobre el papel de España en la cuestión del Sáhara marroquí, adoptando posiciones que hoy nadie defiende y que son en su totalidad mentiras premeditadas, en definitiva, reciclaje», ironizó.

La afirmación del presidente argelino de que »Argelia es un país observador en la cuestión del Sáhara» ya no convence a nadie, puesto que el mundo conoce los esfuerzos financieros, diplomáticos, políticos, militares e incluso psicológicos desplegados desde hace cincuenta años por su país y su élite ociosa en sus hostilidades hacia Marruecos y en la financiación de proyectos separatistas en el sur marroquí, prosigue el periodista.

El editorialista señala también que la afirmación del presidente argelino de que »las Naciones Unidas consideran a España como la potencia administradora de la región a la espera de una solución del conflicto» ilustra la miopía histórica de este presidente y su desconocimiento de la geografía, además de su voluntaria distorsión de la verdad reconocida por las Naciones Unidas, España y también por los seguidores de este presidente en los campamentos de la vergüenza y del espejismo».

A este respecto, señala que el presidente argelino confunde los conceptos del derecho internacional, al no distinguir entre la «antigua potencia ocupante del Sáhara» y la «potencia administradora de la región» según su definición, lo que indica que el presidente argelino se niega a admitir que la «potencia administradora» es un concepto regido por el derecho internacional y los principios de las Naciones Unidas y que no está en absoluto, como él piensa, sujeto a impulsos patológicos que quiere erigir en verdades internacionales.

En consecuencia, continuó, los países miembros responsables de la administración de ciertas regiones denominadas no autónomas según la Carta de la ONU son los países que tienen el deber de asegurar la promoción de la prosperidad y el desarrollo de las poblaciones de dichas regiones, proporcionándoles la asistencia necesaria para su autogestión y tomando en consideración las expectativas políticas de las poblaciones, al tiempo que informan a la ONU de la evolución de la situación en la región. Esto no se aplica al caso de España en su relación con el Sahara marroquí, señala.

Asimismo, el editorialista recordó que las relaciones de España con las provincias del sur de Marruecos se rigen por el acuerdo tripartito de Madrid firmado el 14 de noviembre de 1975 que establece el fin de la ocupación española como potencia administradora de estas provincias.

Dicho esto, es penoso constatar que el presidente argelino parece ignorar que España ya no es la potencia administradora en la región y que lo es desde 1976, habiendo declarado oficialmente su retirada definitiva el 28 de febrero de 1976″, señala, antes de preguntarse cómo puede desconocer todos los datos históricos un jefe de Estado que gasta miles de millones de dólares al año en disputar la causa nacional de un país vecino.

También recuerda que el ministro español de Asuntos Exteriores dio una lección magistral de diplomacia y de verdades sobre la vecindad el 20 de octubre de 2021 durante su respuesta en el Parlamento a una pregunta del diputado del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Aitor Esteban, cuando dijo claramente que »España ya no es una potencia administradora en el Sáhara».

El gobierno español dio la misma versión en febrero de ese año en una respuesta escrita a preguntas del partido Ciudadanos, indicando que España había enviado ese mismo mes una carta a las Naciones Unidas dando por terminadas sus responsabilidades en el Sahara, prosigue.

El presidente argelino también parece ignorar que España no existe en el territorio marroquí y que no presta ninguna ayuda a la población local en la gestión de sus asuntos cotidianos o en favor de sus expectativas políticas.

«Esta ilustración no es una lección de alfabetización en derecho internacional, sino simplemente un recordatorio para los amantes de la verdad. En cuanto a los que guardan rencor a Marruecos, no tendrán derecho a ningún consuelo», concluye el autor.