Bourita reitera el pleno apoyo de Marruecos a los esfuerzos de la Conferencia de Desarme

El ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, reiteró formalmente, hoy miércoles, el pleno apoyo de Marruecos a los esfuerzos de la Conferencia de Desarme, órgano que se distingue por su mandato único en el sistema de la ONU.

En una videoconferencia durante el Segmento de Alto Nivel de la Conferencia de Desarme, Bourita también reafirmó el apoyo del Reino a las iniciativas multilaterales, en el marco de las Naciones Unidas, destinadas a frenar la carrera armamentística, a reforzar la eficacia de los acuerdos de control de armas y de desarme, a reactivar los mecanismos multilaterales de desarme y a apoyar la acción de la Comunidad Internacional para prevenir la proliferación de armas nucleares y eliminar las armas de destrucción masiva.

También recordó el compromiso del Reino con el principio de no utilización de la fuerza para la resolución de conflictos entre Estados, señalando que el Reino alienta todas las iniciativas y acciones que promuevan una resolución pacífica de los conflictos.

El ministro también señaló que «la Conferencia de Desarme no se limita a reafirmar los compromisos. Sirve para avanzar en ellos, continuamente, siendo el único órgano de la ONU facultado para negociar instrumentos jurídicos sobre desarme».

Pero hay que decir, continuó, que la última contribución significativa de la Conferencia de Desarme a la consolidación del marco jurídico internacional en materia de desarme se remonta a 1996. Desde entonces, la Conferencia de Desarme no ha conseguido recuperar el papel y el lugar que debería tener.

Sin embargo, subrayó el ministro, la Conferencia fue concebida para ser el único órgano de negociación de las Naciones Unidas en materia de desarme. «Su legitimidad, experiencia y mandato son ineludibles. Nadie puede negarlo: la Conferencia de Desarme es un valioso logro para la Comunidad Internacional», dijo.

Para avanzar, indicó Bourita, es necesario dejar de mirar con nostalgia la historia y la época dorada de esta Conferencia, para considerar el presente y el futuro de este organismo con pragmatismo, pero también con ambición.

Para el ministro, «debemos reiterar en primer lugar nuestra sincera y profunda fe en las virtudes de la negociación y el multilateralismo». «El multilateralismo es el otro nombre de la paz. La negociación es la única herramienta que permite resolver todos los conflictos de forma pacífica», alegó.

Bourita señaló, en este sentido, que Marruecos cree profundamente en las virtudes de la negociación y del sistema multilateral, señalando que la historia de Marruecos, su geografía, las opciones decisivas tomadas por SM el Rey Mohammed VI, en particular en política exterior, ilustran la vocación del Reino de Marruecos y su relación con su entorno regional e internacional.

Marruecos es una fuerza de paz, como lo demuestra su actuación en diversos conflictos en el mundo, cercanos y lejanos; así como el papel sabio y constructivo que está desempeñando hoy en la resolución de la crisis en Libia, continuó. La vocación de Marruecos, dijo, es reunir, unir y federar, señalando que esta vocación, que es también una ambición proactiva, Marruecos siempre la ha puesto a disposición de esta Conferencia y seguirá haciéndolo.

En segundo lugar, la impresión de que las cuestiones de desarme y no proliferación ya no tienen la misma prioridad en la agenda de las Naciones Unidas es falsa, continuó, afirmando que “es cierto que en los últimos años nuestros esfuerzos colectivos se han centrado más en el cambio climático, la migración, la salud y la seguridad alimentaria. Pero estas preocupaciones no anulan el objetivo principal de la paz y la seguridad internacionales”.

Bourita indicó que Marruecos está decidido a contribuir a los esfuerzos colectivos de la Comunidad Internacional, como lo demuestra su Presidencia en Nueva York de la 1ª Comisión de la Asamblea General durante su 76ª Sesión, de la OPAQ en La Haya, pero también en Viena, durante su Presidencia de la Asamblea General del OIEA y actualmente del Grupo de los 77.

En tercer lugar, el ministro explicó que «no hay duda de que el Decálogo de 1979 es el texto fundacional del Comité de Desarme – ahora la Conferencia de Desarme en 1984. Sin embargo, como cualquier documento, el Decálogo no está grabado en piedra. Indicó que su fuerza reside en su dimensión consensuada y referencial, y su relevancia en su potencial en una coyuntura internacional más cargada que nunca de desafíos globales.

De ahí la necesidad, insistió Bourita, de alejarse del enfoque dogmático que ha regido, en los últimos años, la percepción del problema del modus operandi de la consecución de sus objetivos y su plan de acción.