El regreso de Israel a la UA como observador: el doble fracaso de la diplomacia argelina
(Por Driss SABRI) Desorientada como nunca, la diplomacia argelina sigue cosechando frustraciones y fracasos en todos los frentes, sufriendo en los últimos días una aplastante derrota en el la Unión Africana, cuando sus maniobras para anular el regreso de Israel a la Organización panafricana como miembro observador no tuvieron éxito en un terreno que creía tenerlo ganado.
Esta derrota, una más, es más grave todavía, puesto que penaliza doblemente a un régimen que pierde legitimidad en el interior y apoyo en el exterior, especialmente en África y en el seno de la UA.
En primer lugar, de los 54 países miembros de la UA, sólo seis países, un número insignificante, se han unido a Argel en su posición contra Israel, como se notificó en la nota verbal dirigida al presidente de la Comisión de la UA y transmitida por la agencia de prensa argelina.
Esto demuestra el grado de pérdida de apoyo que ha sufrido la diplomacia argelina en los últimos tiempos, especialmente en el seno de la UA, una organización que Argel utilizó y manipuló durante décadas con el único fin de satisfacer sus objetivos hegemónicos en África.
Y cómo no ignorar una maniobra argelina que es una flagrante injerencia en las prerrogativas del presidente de la Comisión de la UA. Moussa Faki Mahamat tomó la decisión a finales de julio de conceder el estatus de observador a Israel. Un lugar que el Estado hebreo recupera tras años de ausencia (Israel gozó de este estatus hasta 2002).
La otra bofetada que sufre la diplomacia argelina es la aprobación por Argel de la condición de estos seis países de eliminar la fantasmagórica «Rasd» de la nota verbal de Argel, lo que constituye una primicia en la historia de las relaciones entre el régimen argelino y su títere que acoge, arma y financia con miles de millones de dólares de las riquezas del pueblo argelino.
Muchos observadores ven en esta debacle de la diplomacia argelina un aislamiento continental e internacional de Argelia y el fin de su hegemonía y control sobre las estructuras de la Unión Africana.
Argelia, que intenta como siempre hacer de la causa palestina una moneda de cambio diplomática y política, no sabía a dónde acudir tras las aclaraciones del presidente de la Comisión de la Unión sobre su decisión de conceder el estatuto de observador a Israel.
De hecho, Faki fue claro y directo al replantear las cosas y afirmar que su decisión no disminuye en absoluto el apoyo de la UA a la causa palestina, durante la audiencia que concedió el 23 de julio al embajador israelí en Etiopía, Burundi y Chad, Aleli Admasu, durante la cual le entregó sus credenciales.
«La Unión Africana ha sido muy clara en su posición de que, en la cuestión de Palestina e Israel, es necesaria una solución de dos Estados para la coexistencia pacífica», dijo el presidente de la Comisión de la UA.
Esta enésima derrota de la diplomacia argelina demuestra una vez más que el tiempo de la manipulación ha terminado y que los africanos son ya plenamente conscientes de las maniobras de Argelia, país conocido por su política hostil hacia los emigrantes africanos que sufren en suelo argelino expulsiones inhumanas y el abandono en la frontera en condiciones crueles.
África y los africanos necesitan iniciativas concretas que aporten esperanza al continente, no eslóganes vacíos.