Soberanía de Marruecos sobre su Sáhara: La administración Biden ahoga las esperanzas de los círculos hostiles al Reino – Politólogo –

La declaración del portavoz del Departamento de Estado afirmando que la posición de EEUU sobre el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara permanece «sin cambios» ha venido a «ahogar» las esperanzas de los círculos hostiles al Reino que deberían inevitablemente adaptar su enfoque a la visión estadounidense sobre el tema, afirma el politólogo Mustapha Tossa.

Sobre todo porque «estos círculos hostiles tenían grandes esperanzas de ver a la nueva administración de Joe Biden dar marcha atrás en el Sáhara marroquí y que para ello se han movilizado enormes medios de presión, incluidos los argelinos, en los pasillos del poder estadounidense en Washington para intentar invertir la tendencia», subrauya el politólogo en un análisis publicado el sábado en el sitio Atlasinfo bajo el título «América ahoga las esperanzas de los enemigos de Marruecos».

Según Mustapha Tossa, «no se ha ahorrado ninguna gran cadena para tratar de influir en el legislador y en el creador de opinión estadounidense. Pero en vano», subrayando que «esta presión no sólo procedía del régimen argelino, para el que el reconocimiento estadounidense era una gigantesca desautorización. También procedía de otros círculos europeos conocidos por su antagonismo hacia Marruecos.

En primer lugar, cierta franja del gobierno alemán, cuyo representante en la ONU había convocado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad para intentar frenar la dinámica estadounidense en el Sáhara. Luego está el intento de las autoridades españolas, en pleno tira y afloja con Marruecos, de llamar la atención de Joe Biden sobre el tema durante la reciente cumbre de la OTAN, con el resultado que conocemos, recuerda.

Además, señala Mustapha Tossa, «es esta tensa ecuación la que está actualmente en el origen de un sordo pulso entre Rabat, Madrid y Berlín.

Según el politólogo, «quienes apostaban por un cambio estadounidense en este tema, apostaban en realidad por una clara voluntad del candidato Joe Biden de desautorizar el legado diplomático de Donald Trump». «¿No lo hizo en el tratado de París sobre ecología que Trump destrozó espectacularmente a principios de su mandato? ¿No lo hizo en el acuerdo nuclear con Irán del que Trump salió furioso? Por no hablar de una relación apaciguada con los aliados europeos y la OTAN que Trump, por naturaleza, convicción doctrinaria o provocación, pone regularmente en la parrilla», enumera el politólogo.

Cabe subrayar que «la esperanza de estos círculos hostiles a Marruecos residía en esta posible voluntad de poner en cuestión todas las grandes decisiones diplomáticas tomadas por la administración Trump. Esperaban cada vez una señal, una indicación de este retroceso que no llegó. Habían estado molestando a la Casa Blanca, al Departamento de Estado y a los portavoces del Congreso con preguntas para que empezaran a cuestionarlo.

Pero, «la respuesta cayó como un cuchillo» por la voz del portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, que confirmó que el reconocimiento de la administración Trump de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara «sigue siendo la posición de la administración estadounidense» y que esta «posición no cambia», afirma Mustapha Tossa.

El politólogo señala, en este contexto, que «es sin duda la primera vez que la administración Biden valida con tanta claridad la decisión histórica de Donald Trump. Ya lo había hecho al no mencionar esta cuestión en el catálogo de grandes retos. En numerosas declaraciones del Secretario de Estado Antony Blinken, en Europa o en Oriente Medio, el responsable estadounidense había dado a entender que abogaba por la continuidad y no por la ruptura».

Según el editorialista, «esta aclaración estadounidense dejará su huella. En primer lugar, tendrá un impacto en el régimen argelino, cuyo apoyo a los separatistas del polisario se parecerá cada vez más a una lucha inútil contra quimeras y molinos de viento. En segundo lugar, sobre ciertos círculos europeos que deberían inevitablemente adaptar su enfoque al tiempo y a la visión estadounidense sobre el tema.»

«En lugar de seguir haciendo de aguafiestas utilizando la carta del polisario desmagnetizada por el reconocimiento estadounidense, deberían pensar en acompañar las soluciones propuestas a Marruecos para salir de esta crisis cuyas repercusiones políticas y de seguridad, en caso de fracaso, no perdonarán a nadie», considera.

 Para Marruecos, afirma el politólogo, «esta confirmación, de la que no tenía ninguna duda, le permitirá seguir desarrollando su argumento a favor de la paz y de la salida de la crisis en numerosos foros internacionales», subrayando que «desde hace décadas, la diplomacia marroquí denuncia una crisis mantenida artificialmente», no para servir a los intereses de los pueblos de la región, sino para servir de pantalla a un régimen argelino conocido por su cleptomanía estructural y como carta de presión para ciertos círculos europeos que se ven claramente obstaculizados por el activismo político a escala regional y continental, unido al crecimiento económico de Marruecos.