UpM: creado un grupo de trabajo para el examen y el seguimiento de la etapa «post-Covid-19», presidido por El Malki

La Mesa de la Asamblea Parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo (AP-UPM) decidió crear un grupo de trabajo encargado del examen y del seguimiento de la etapa «post-Covid19», cuya presidencia fue confiada a Habib El Malki, presidente de la Cámara de Representantes.

Este anuncio se hizo en una reunión de la Mesa de la AP-UPM este miércoles por videoconferencia, en presencia de David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo y actual presidente de la Asamblea, así como de los demás miembros de la Mesa, precisa la Cámara de Representantes en un comunicado.

A pesar de que la mundialización obliga a los países del mundo a unirse regionalmente en un espíritu de complementariedad y valorización de los logros alcanzados entre ellos, la región mediterránea sigue siendo considerada uno de los mercados menos económicamente inclusivos del mundo, aunque es una de las regiones más importantes, que representa el 20% del volumen del comercio mundial, subrayó El Malki en una alocución.

El presidente de la Cámara de Representantes examinó las razones de la flagrante disparidad entre las dos orillas del Mediterráneo, que ha resumido en la inestable situación de seguridad en el Oriente Medio y África del Norte, particularmente en Libia, Palestina y Siria, además de la problemática de la migración de tránsito en el Mediterráneo explotada por las mafias del tráfico de seres humanos, subrayando la importancia de la cooperación y la coordinación entre las partes europeas y africanas para hacer frente a este fenómeno, y destacando los esfuerzos de Marruecos a este respecto como país de residencia y tránsito.

El Malki se refirió a la falta inversión extranjera directa en los países del sur del Mediterráneo, los efectos negativos del cambio climático, la disminución de la cubierta forestal y la escasez de agua, «que llevan a la población de varias regiones a emigrar en busca de zonas más desarrolladas, y constituye una pesada carga tanto para los países de tránsito como para los países de acogida».

Por otra parte, El Malki llamó a confiar en las Naciones Unidas para encontrar una solución justa, duradera y aceptable entre las dos partes en el conflicto artificial sobre el Sáhara marroquí, a saber, Argelia y Marruecos, que se remonta al período de la guerra fría.

«Esto contribuirá a la construcción de la Unión del Magreb, y repercutirá inevitablemente en la cuenca mediterránea, porque si la región del Magreb está unida, hará que la región mediterránea sea más poderosa y conducirá a la prosperidad de los pueblos del Magreb, que pierden cada año el 2 % de su producto interior bruto debido a la situación actual.