Caso del llamado Brahim Ghali: el Gobierno español viola su código penal – Abogado –
La acogida por parte del Gobierno español del jefe de los separatistas del “polisario», Brahim Ghali, en su territorio bajo una identidad usurpada y con documentos falsos constituye una violación flagrante del código penal español, sabiendo que el acusado está procesado por la justicia del país ibérico por crímenes contra la humanidad, afirmó el abogado y activista de los derechos humanos, Abdelkebir Tabih.
Al invocar consideraciones humanitarias para tratar de explicar su actitud, el Gobierno español reconoció implícitamente que era consciente de la usurpación de la identidad del individuo en cuestión y de que su pasaporte había sido falsificado, lo que se considera un crímen según lo estipulado en el apartado 3 del artículo 451 del código penal español, precisó en una reacción al caso de Brahim Ghali.
Tabih señaló también que el código penal español prevé una pena de entre seis meses y tres años de prisión contra cualquier individuo que haya ayudado a una persona a eludir las investigaciones realizadas por la autoridad o sus agentes sobre crímenes contra la humanidad, crímenes contra las personas, conflictos armados y terrorismo.
Las informaciones de que la justicia española escuchará el 1 de junio al llamado Brahim Ghali en relación con la denuncia presentada en su contra por crímenes de lesa humanidad es una prueba tangible de que el Gobierno de Madrid ocultó la identidad de una persona procesada para garantizar que se escape de la investigación judicial, señaló.
Marruecos tiene derecho a esperar la posición que tomará la justicia española con respecto a todos los cómplices en este caso y a todos los que falsificaron el pasaporte utilizado por el denominado Brahim Ghali para acceder al territorio español, así como al que ordenó sellar el pasaporte falso sabiendo que era falso, agregó Tabih.
Según este abogado, el Reino tiene derecho también a conocer la forma en que se le entregará al llamado Ghali el documento jurídico que le autoriza salir del territorio español, ya que él entró con un documento falso que el juez de instrucción debe confiscar.
El Gobierno español se enfrenta ahora a otro dilema con su justicia, dado que el llamado Brahim Ghali se encuentra en territorio español como inmigrante clandestino, entró con un pasaporte falso, lo que obliga jurídicamente a la justicia de este país a confiscar el pasaporte falso y expulsarlo como a cualquier inmigrante que entró ilegalmente, explicó.
Con esta actitud, que el Reino no esperaba, el Gobierno español puso a la justicia de su país en un callejón sin salida, estimó Tabih.
Al insistir en que el recurso del Gobierno español al mismo procedimiento para la exfiltración del denominado Brahim Ghali no hará más que agravar la crisis, Marruecos se refiere al estatus jurídico de este individuo, es decir, el de un inmigrante clandestino que entró en España con un pasaporte falso, recordó.
Si el Gobierno en España quiere encontrar una salida al llamado Brahim Ghali a través de su exfiltración a Argel, los parlamentarios extranjeros que vienen a Marruecos en el marco de la observarción de la independencia de la justicia, especialmente en las provincias del sur del Reino, deben dirigirse a la justicia española para pedirle que aplique el código penal español y la ley relativa a la inmigración ilegal en el caso de Ghali», prosiguió el abogado.
Por otra parte, la protesta del Reino se explica por el hecho de que el Gobierno español haya acogido a un enemigo de Marruecos que es responsable del asesinato y la tortura de varios marroquíes, además de saber que está procesado ante la justicia española por crímenes contra la humanidad, así como por haber utilizado un documento oficial del Estado argelino, sabiendo que está falsificado para ocultar la identidad del llamado Ghali.
Esta protesta del Reino es conforme con las normas diplomáticas que comprometen a los países amigos de otro Estado a no acoger en su suelo a los enemigos de éste, a informarle en el peor de los casos y a dar explicaciones por vía diplomática, concluyó.