Sáhara marroquí: «Es hora de poner fin a las ilusiones heredadas de otra época» – jurista francés –

Sobre el Sáhara, «es hora de poner fin a las ilusiones heredadas de otra época», estima Hubert Seillan, abogado del Colegio de Abogados de París, en una tribuna publicada en la revista panafricana «Jeune Afrique».
Bajo el título «Sáhara marroquí: el peligro de los espejismos», Seillan, presidente de la Fundación «Francia Marruecos, Paz y Desarrollo» y miembro de la Plataforma Internacional para el Sáhara Marroquí, analiza en esta tribuna los diferentes aspectos de este conflicto artificial. El mismo evocó, especialmente, la génesis del conflicto tras la guerra fría, la implicación directa de Argelia y los últimos desarrollos del expediente a la luz del reconocimiento estadounidense de la marroquidad del Sáhara, así como la dinámica surgida de la apertura de numerosos consulados en las provincias del sur. El jurista francés, autor del libro «El Sáhara marroquí, el espacio y el tiempo», denuncia en este artículo una «falsificación» de los hechos por los enemigos de la integridad territorial del Reino. Frente a hechos «tercos» y «obstinados» que atestiguan «la existencia de vínculos provenientes de los primeros tiempos del Islam» entre Marruecos y su Sáhara, algunos tienden a «sustituirlos por los espejismos que les convienen», subraya Seillan. Según el jurista francés, «la fuerza de todo engaño es muy limitada cuando la contradicción con los hechos es demasiado grande» y «sus ecos se detienen en los oídos de quienes tienen algún interés en ellos». El Sáhara, insiste el autor del artículo, es «hoy día reconocido como marroquí por el mayor número de Estados del mundo actual» y «la ilusión sólo ha vivido el tiempo en que el mundo estaba dividido» a raíz de la guerra fría, señala. El jurista francés recalca también la implicación de Argelia, «parte totalmente implicada» en el conflicto, añadiendo que esta realidad «indiscutible no engaña a nadie» porque «los hechos, también en este caso, se imponen». «Argelia generó, y no sólo creó, el polisario y la RASD. Los tres tienen la misma naturaleza. Este engaño data del acto de descolonización por parte de España, hace más de 45 años. Permite a Argelia presentarse ante la comunidad internacional como un Estado neutral, considerando únicamente los intereses democráticos de la población y los derechos humanos. La audacia es temeraria cuando se sabe cuál es la situación en este país. Es arrogante», constata Seillan. En su opinión, la diplomacia del régimen argelino se basa una vez más en un «espejismo», añadiendo que al calificar al polisario y a la RASD de representantes exclusivos de las poblaciones del Sáhara, declara que sólo les aporta un apoyo político, cuando no son más que su «prolongación», una «ilusión que le permite combatir sistemáticamente los esfuerzos internacionales encaminados a un reconocimiento definitivo del estatuto de autonomía avanzada del Sáhara bajo soberanía de Marruecos». Pero, observa Seillan, «hoy en día, no se puede engañar a la opinión internacional». ¿Un país como Argelia, que detiene masivamente a sus ciudadanos que reclaman la democracia y los derechos humanos, tiene legitimidad para hablar en nombre de los habitantes de Laayún, Esmara o Dajla?, se pregunta Seillan. «Porque los espejismos duran poco, la ilusión está muerta. La realidad se impone», concluye el artículo.