Cumbre no alineados : el presidente cubano ignora la «RASD» en su discurso en Bakú
El presidente cubano, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, no dijo una sola palabra sobre el conflicto del Sahara y la llamada República Saharaui «RASD» en su discurso ante la 18ª Cumbre del Movimiento de países no alineados, que se celebró el viernes 25 de octubre en Bakú, Azerbaiyán.
Los dirigentes cubanos generalmente no pierden esas oportunidades para reafirmar abiertamente su apoyo a las tésis separatistas del Frente Polisario, lo que no ha sido el caso en Bakú.
En un discurso que pronunció ante los jefes de estado y de gobierno de los países no alineados, el presidente cubano, a diferencia de sus predecesores Fidel y Raúl Castro, no mencionó en ningún momento la cuestión del Sahara y el apoyo de su país a dicha «RASD», para disgusto del Polisario y sus principales patrocinadores, incluidos Argelia y Sudáfrica.
Sin embargo, Díaz-Canel Bermúdez dió una visión general de los principales focos de tensión en el mundo, desde Oriente Medio hasta América Latina, pasando por Asia y especialmente África.
Así abordó las «decisiones unilaterales de los Estados Unidos contra la República Islámica de Irán», la «guerra contra el pueblo sirio», la «solución política justa al conflicto israelí-palestino», el «diálogo intercoreano», la «Campaña estadounidense contra los líderes latinoamericanos», incluido el venezolano Nicolás Maduro, antes de insistir sobre «el bloqueo de una crueldad sin fallas» que Estados Unidos sigue imponiendo a Cuba.
¿Deberíamos deducir que los dirigentes cubanos se están preparando para cambiar la melodía en el espinoso archivo del Sahara? Probablemente habrá que esperar un poco antes de poder ver con mayor claridad, especialmente después de la restauración de las relaciones diplomáticas entre Marruecos y Cuba.
Recordar que un número creciente de países latinoamericanos como Perú, El Salvador, Brasil, Chile o Panamá han retirado su reconocimiento de la «RASD» y ahora apoyan a Marruecos y su propuesta de autonomía como opción política para la solución de este antiguo conflicto territorial que opone en realidad a Marruecos y Argelia, siendo el Polisario un simple títere en manos de los dirigentes de Argel.