Los BRICS confirman su apego a la legalidad internacional y a los parámetros de la ONU sobre la cuestión del Sáhara

Los líderes de los países BRICS, reunidos en Johannesburgo el 23 de agosto de 2023, adoptaron la Declaración de Johannesburgo II, en la que reafirmaron su apego al multilateralismo, de acuerdo con los principios de la Carta de las Naciones Unidas, que defiende la integridad territorial, la no injerencia en los asuntos de los Estados y la solución pacífica de los diferendos.

La Declaración subrayó la importancia de alcanzar una solución a la cuestión del Sáhara marroquí, de acuerdo con las resoluciones y parámetros del Consejo de Seguridad, con el fin de lograr una solución política duradera a este conflicto artificial. Confirma innegablemente la prevalencia de la posición marroquí, que ha insistido constantemente en la necesidad de respetar y apoyar este proceso dirigido exclusivamente por la ONU.

Repudiada por los BRICS en su intento abortado de perjudicar los intereses del Reino, Argelia (y su títere separatista) se ha encontrado una vez más en contra de una legalidad internacional, que ha tratado constantemente de transgredir. Las gesticulaciones de Argel se han traducido, por enésima vez y para mayor desesperación de sus instigadores, en un llamamiento inequívoco y sin rodeos al respeto, explícitamente reiterado por los BRICS, del proceso político llevado a cabo bajo la égida exclusiva del Consejo de Seguridad.

Por otra parte, la comunidad internacional, ya sea a nivel de la ONU, de los países africanos o en todo el mundo, apoya la iniciativa marroquí de autonomía, que responde perfectamente a todos los parámetros de pragmatismo, realismo, avenencia y durabilidad requeridos por el Consejo de Seguridad.

A este respecto, el Consejo de Seguridad considera que la reanudación del proceso político sólo puede tener lugar en el marco de las mesas redondas, con la plena y total participación de Marruecos, Argelia, el «polisario» y Mauritania. Ninguna interacción entre las partes, de forma colectiva, puede tener lugar sin un respeto escrupuloso de este marco establecido por el Consejo de Seguridad.

Los intentos de incluir esta cuestión en los debates fueron rechazados por los miembros de los BRICS, ninguno de los cuales hizo referencia a ella en sus declaraciones nacionales. Estos países, ninguno de los cuales reconoce la entidad títere, han rechazado así claramente la instrumentalización de los BRICS para servir las causas perdidas. Es un mazazo que sirve de lección a quienes persisten, aislados en su rincón, en tratar de dar resonancia internacional a una forma de pensar visceralmente aislada.

Esta posición de los BRICS demuestra el apego de la agrupación, a pesar de los intentos de injerencia extranjera, a sus relaciones y asociaciones estratégicas con el Reino. En efecto, Marruecos mantiene asociaciones estratégicas con 3 de los 5 países BRICS y relaciones particularmente dinámicas y sólidas con Brasil, en el marco de una relación multidimensional, que incluye los aspectos político, económico, agrícola y comercial.

La Cumbre también ratificó el humillante rechazo de la candidatura de Argelia que no cumple ninguno de los criterios exigidos para formar parte del grupo de economías prósperas. De hecho, ni el presidente Tebboune, ni el primer ministro, ni siquiera el ministro de Asuntos Exteriores, quisieron viajar y afrontar esta afrenta, a pesar de las estrechas relaciones con el régimen de Pretoria. Las opciones y estrategias adoptadas por los BRICS contrastan, cuando menos, con las aspiraciones mostradas a lo grande por Argel de convertirse en miembro de una agrupación con la que, a fin de cuentas, parece tener muy poco en común.