Sáhara: Los dirigentes de Argel en apuros sobre el tablero de ajedrez africano y europeo
Los dirigentes argelinos que defienden con uñas y dientes durante cuarenta años, las revendicaciones y alegaciones del Frente Polisario en el expediente del Sahara Occidental, han sido enérgicamente zarandeados en su enfrentamiento contra el vecino Marruecos, en África, así como el tablero de ajedrez de la Unión Europea y de los Estados Unidos.
El anuncio del regreso de Marruecos en la Unión Africana (UA) fue sentido como un rayo por los dirigentes argelinos que esperaban de todo salvo este regreso en vigor del vecino occidental sobre el escenario africano que consideran durante mucho tiempo su propio terreno. Es precisamente en este continente que tenían el mayor número de aliados que reconocen la llamada «República Árabe Saharaui Democrática» (RASD).
Pero lo que enfureció más a los gobernantes de Argel es especialmente la moción aprobada el 18 de julio a la presidencia de la 27ª Cumbre de la UA que se celebró en Kigali, Ruanda, en el que 28 países africanos pidieron sin rodeos la exclusión de la RASD de la UA.
En Europa, los diplomáticos argelinos siguieron con amargura los argumentos de los abogados del Consejo de la UE y la Comisión Europea en el proceso abierto en Estrasburgo por la Gran Sala del Tribunal de Justicia Europea (TJE) que ha de decidir sobre la cancelación el 15 de diciembre, del acuerdo agrícola UE-Marruecos, por orden de la corte europea a raíz de una petición del Polisario.
Estos abogados no van por las ramas, para demostrar que el Frente Polisario no es reconocido ni por la ONU ni por la UE ni por ninguna otra organización internacional, continental o regional, a excepción de la Unión Africana, como «movimiento de liberación» y menos aún como un «representante» único y legítimo del pueblo del Sahara occidental. Cualidades que la diplomacia argelina ha impuesto más o menos en la escena africana y, en menor medida, en América Latina.
Por último, en los EE.UU., los dirigentes argelinos acaban de ser seriamente zarandeados por una decisión de Washington que ha largo tiempo cuidado Argelia ya sea cediendo en los grupos de presión y cabildeo de EE.UU. mansamente pagados por los petrodólares de Argelia a cambio de defender el Polisario y su tésis separatista, ya sea por preservar los intereses económicos, financieros y geoestratégicos de los EE.UU. en la región.
En las palabras del Embajador de Argelia en Washington, Madjid Bougherra, una sección del proyecto de presupuesto de Estados Unidos (Ley de Finanzas) para 2017 incluye una disposición que obliga a la Secretaría de Estado a «tomar todas las medidas prácticas para asegurar la cooperación del gobierno de Argelia ante la alta Comisión de las Naciones Unidas para los refugiados para llevar a cabo un censo de la población de los campamentos de refugiados de Tinduf, Argelia «.
Este proyecto resonó como un aviso a la dirección del gobierno de Argelia, que siempre ha colocado un rechazo absoluto a cualquier censo de los saharauis secuestrados en su territorio en los campamentos de Tinduf, en violación de la resolución 2285 adoptada a finales de abril por el Consejo de seguridad y que requiere tal censo.