Cumbre árabe: la «Declaración de Argel» subraya la necesidad de preservar la unidad de los Estados árabes, su integridad territorial y su soberanía
La «Declaración de Argel», que culminó los trabajos de la 31ª edición de la Cumbre de la Liga Árabe, celebrada esta miércoles en la capital argelina, destacó el imperativo de trabajar para consolidar la acción árabe común a fin de preservar la seguridad nacional de los Estados árabes en su aceptación global y en todas sus dimensiones política, económica, alimentaria energética, hídrica y medio ambiental, y de contribuir a la resolución de las crisis en algunos países árabes para preservar la unidad de los Estados miembros, su integridad territorial y su soberanía sobre sus recursos naturales.
La Declaración rechaza cualquier forma de injerencia en los asuntos internos de los países árabes y subraya la necesidad de encontrar soluciones árabes a los problemas árabes, reforzando el papel de la Liga Árabe en la prevención de las crisis y su resolución pacífica, así como en la consolidación de las relaciones interárabes.
También subraya la centralidad de la cuestión palestina y el apoyo incondicional a los derechos inalienables del pueblo palestino, incluido su derecho a la libertad, a la autodeterminación y a la creación de un Estado palestino independiente con plena soberanía sobre la base de las fronteras del 4 de junio de 1967, con Al-Quds Oriental como capital, así como el derecho al retorno y a la reparación de los refugiados palestinos, de conformidad con la Resolución de la ONU nº 194 de 1948.
La Declaración reafirmó, igualmente el apego a la Iniciativa de Paz Árabe de 2002 con todos sus elementos y todas sus prioridades y el compromiso árabe con una paz justa y global como opción estratégica para poner fin a la ocupación israelí de todos los territorios árabes.
Insiste, a este respecto, en la importancia de proseguir los esfuerzos para proteger la ciudad ocupada de Al-Quds y sus lugares sagrados y defenderla contra los intentos inaceptables y condenables de la ocupación de alterar su composición demográfica, su identidad árabe-islámica y cristiana y su estatuto histórico y jurídico, elogiando, en este sentido, el papel del Comité Al-Quds y de la Agencia Bayt Mal Al-Quds en la defensa de la Ciudad Santa y el apoyo a la resistencia de sus habitantes.