Tinduf: Nueva campaña para la liberación de Najiba secuestrada en Argelia
La familia española adoptiva de la joven saharaui, Najiba Mohamed Belkacem, retenida por la fuerza durante casi dos años en los campamentos de Tinduf, volvió a la carga para pedir al Polisario, la liberación de la joven secuestrada.
El padre adoptivo de Najiba, José María Contreras que vive en Huelva en España, lanzó la semana pasada en las redes sociales una petición ampliamente reportada por los medios de comunicación para pedir la liberación de su hija adoptiva.
Conviene recordar que la joven Najiba, de 23 años, fue secuestrada por sus padres biológicos, por orden del Polisario, después de un viaje de la familia que la había conducido en septiembre de 2013 a los campamentos de Lahmada.
Esto no es ni el primero ni el último caso de confinamiento forzado en los campamentos de Tinduf. Los más conocidos son los de la esposa y cinco hijos secuestrados en Tinduf, mientras que su padre, el ex jefe de la «policía militar» del Polisario, Mustafa Selma Ould Sidi Mouloud es desterrado en Mauritania y la de otro joven español de origen saharaui, Mahjouba Hamdidaf Mohamed (23 años) que había sido secuestrada en el verano de 2014, antes de ser liberada en septiembre del mismo año, bajo la presión de las autoridades españolas.
En el caso de Najiba, razones muy endebles fueron avanzadas por sus padres biológicos que afirmaban querer hacerla aprender el dialecto Hassani.
La petición lanzada por los padres adoptivos ha desencadenado en una ola de solidaridad en España y la noticia corrió como un reguero de pólvora en los campamentos de Tinduf. Los dirigentes del Polisario que actúan bajo las órdenes de los generales argelinos, temen que la relajación de Najiba animé a cientos de otros jóvenes saharauis a hacer lo mismo para escapar del infierno de Tinduf.
En una entrevista telefónica transcrita por el diario La Vanguardia, Najiba declaró en particular, que le «mintieron, confiscado sus documentos de viaje (pasaporte argelino), mi permiso de residencia … Quiero mi libertad, pero han hipotecado mi derecho a la libertad aquí en los campamentos de Tinduf, donde la temperatura es de cerca de 50 grados a la sombra … sofoco con la presión del calor bajo el peso de la de las miradas que mesiguen, la vida es un infierno aquí, Las personas carecen de todo, te pido una intervención urgente, quiero volver a España».