La cumbre de la Liga Árabe, una coartada de la presidencia argelina para conseguir un efímero liderazgo mediático – Escritor-periodista –
El escritor-periodista Talaâ Saoud Al Atlassi considera que la cumbre árabe, prevista en Argel, es en realidad para la presidencia argelina una coartada para obtener un «liderazgo mediático a nivel árabe e interno, por efímero que sea».
“Es evidente para cualquier observador político riguroso, justo y objetivo, que la presidencia argelina busca a través de la cumbre árabe ganar liderazgo mediático en el mundo árabe e incluso dentro del país», escribió Talaâ Saoud Al Atlassi en una columna titulada «En Argel, una cumbre que socava la solidaridad árabe», publicada el miércoles en el sitio web de información «Machahid 24».
A este respecto, sostiene que «el país anfitrión, para el que esta cumbre supondría un nuevo comienzo en la perspectiva de unificar el rango árabe y afrontar así los retos que se le plantean a la Ummah árabe», debería contar con un capital de actos que den fe de su compromiso con este noble objetivo, y no limitarse a esgrimir eslóganes desechables, considerando que este país «no tiene ninguna credibilidad en el registro de la promoción de la solidaridad árabe y la unificación del rango árabe».
“En el entorno regional del Magreb, los generales del régimen argelino son los únicos responsables del fracaso de todas las iniciativas de unificación magrebí, que representan una importante palanca para la consecución de la unidad árabe. Y hoy, en el colmo de la desfachatez, pretenden reavivar esta esperanza con motivo de esta cumbre», señaló
En este sentido, el autor cita particularmente el afán de la presidencia argelina por sellar la ruptura de las relaciones entre Argelia y Marruecos, a pesar de los llamamientos al diálogo, al entendimiento y a la cooperación, realizados repetidamente por SM el Rey Mohammed VI.
El periodista concluyó que «no es importante hoy cuestionar si esta cumbre se celebrará o no, o si se pospondrá por enésima vez, porque la respuesta ya se conoce, pues el país anfitrión ya ha condenado, por sus acciones y políticas, a esta cumbre -suponiendo que se celebre- al fracaso y a la necesidad de tomar decisiones significativas que se distingan de otras cumbres anteriores».