SM el Rey dirige un mensaje a la Reunión de la Asamblea Africana de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales de los Estados Africanos Miembros del BM y del FMI
Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios le asista, dirigió un mensaje a los participantes en la Reunión de la Asamblea Africana de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales de los Estados Africanos Miembros del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, abierta, hoy martes en Marrakech.
He aquí el texto íntegro del mensaje real, que fue leído por la ministra de Economía y Finanzas, Nadia Fettah Alaoui. Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros, Excelencias, Señoras y Señores, En primer lugar, es un placer para Nosotros dar la bienvenida a los honorables invitados de Marruecos, como participantes en la Reunión de la Asamblea Africana de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales de los Estados Africanos Miembros del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional para el año 2022, que Hemos querido colocar bajo Nuestro Alto Patrocinio. Queremos igualmente encomiar el papel crucial de esta agrupación africana, fundada en 1963, que tiene como objetivo fortalecer la voz de los Gobernadores africanos en las instituciones de Bretton Woods acerca de los desafíos del desarrollo económico y social que enfrentan los países de nuestro continente. Excelencias, Señoras y Señores, No es ningún secreto para nadie que en el momento en que el mundo se preparaba para superar las repercusiones de la pandemia del Covid-19, la economía global entró en interrupciones sin precedentes en las cadenas de suministro, incrementándose las presiones inflacionarias, con aumentos récord de los precios de la energía, productos alimenticios y materias primas, con todo lo que ello supone como nefastas consecuencias sociales. Los efectos de esta crisis varían, para los países africanos, en función de las potencialidades económicas de cada uno de ellos y según sus necesidades en materias primas, sobre todo en lo que se refiere a la energía y productos alimenticios. Ante esta difícil coyuntura, nuestro continente africano se perfila como una de las zonas más afectadas, por motivo de la creciente amenaza a su seguridad energética y alimentaria, como por el descenso de sus niveles de crecimiento económico, amén del empeoramiento de las condiciones sociales en muchos de sus países. Por otra parte, las crecientes necesidades de financiamiento, en un contexto marcado por la escasez y el endurecimiento de las condiciones de financiamiento concesional, conducen a un fuerte aumento del servicio de la deuda, lo que agrava aún más las condiciones económicas de un gran número de países del continente. Desde este punto de vista, la necesidad se hace mucho más urgente ahora más que nunca, para recabar un mayor apoyo y una cooperación internacional, a fin de permitir a los países africanos mitigar las repercusiones de la espiral inflacionaria en la que ha entrado la economía mundial, y mejorar su capacidad para resistir los choques externos. Excelencias, Señoras y Señores, Efectivamente, la comunidad internacional, incluido el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, han mostrado una gran movilización para ayudar a los países afectados por las repercusiones de la pandemia de COVID-19 y, posteriormente, de la crisis de Ucrania; ello ha tenido lugar a través de medidas e iniciativas que, de modo particular, buscan reducir la carga del servicio de la deuda y el aligeramiento de la brecha de financiamiento, manteniendo los equilibrios externos. Sin embargo, tales iniciativas, dignas de ser destacadas y valoradas, siguen siendo insuficientes, en consideración de la magnitud de los enormes retos que enfrentan los países del continente africano en su camino hacia el logro de un desarrollo sostenible e integral. Debe reconocerse la persistencia de deficiencias estructurales en los modelos de crecimiento económico y redes de protección social en los países africanos. Como bien saben ustedes, muchas economías de los países del continente se caracterizan por su escasa diversificación y su fuerte dependencia de las exportaciones de las materias primas, siendo sus sectores agrícolas dependientes principalmente de las fluctuaciones climáticas, además del escaso aprovechamiento de su enorme potencial demográfico. Por ello, se ha vuelto necesario intensificar los esfuerzos para abordar los desequilibrios y carencias, mediante la elaboración de programas integrales de desarrollo, con objetivos claros y mecanismos de financiamiento innovadores, que coloquen al ciudadano africano en el centro de sus preocupaciones, apoyándose principalmente en el aprovechamiento de las oportunidades de la integración económica entre los países africanos y participando activamente en la dinámica de la transformación digital y la transición energética que el mundo conoce en el día de hoy. Excelencias, Señoras y Señores, La convocatoria de la Asamblea Africana de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales, en esta coyuntura excepcional, constituye una oportunidad apropiada para estudiar los desafíos que conocen nuestros países africanos e intercambiar puntos de vista sobre las formas de enfrentarlos. En este contexto, no podemos dejar de agradecer la acertada selección de temas programados en la agenda de esta reunión, especialmente el problema de la deuda, los desafíos de la digitalización y el cambio climático. Con respecto a la deuda, todos coinciden en que es uno de los mayores desafíos económicos a los que se enfrentan los países del continente africano, que sigue siendo una cuestión que se plantea a toda la comunidad internacional, no solo por la carga, cada vez mayor, que supone para los limitados recursos del desarrollo en la mayoría de los países africanos, sino también porque hipoteca el futuro de las generaciones venideras y su legítimo derecho al desarrollo y a la prosperidad. En este sentido, las instituciones de Bretton Woods, en cooperación con las demás instituciones financieras regionales e internacionales, pueden aportar soluciones técnicas y fórmulas de financiación adecuadas, para mejorar la situación de la deuda de los países africanos, especialmente aquellos con ingresos bajos. Sin embargo, estas soluciones de financiamiento se pueden considerar como soluciones coyunturales, debido al enorme vacío de financiamiento registrado por los países del continente que se enfrentan a ingentes necesidades de financiamiento estimadas en cientos de miles de millones de dólares anuales. Desde esta perspectiva, surge la importancia de desarrollar opciones adicionales de financiamiento de carácter estructural, basadas principalmente en la movilización de mayores recursos locales, a través de reformas estructurales que incrementen la rentabilidad de los sistemas tributarios, la eficiencia del gasto público y la atracción de las inversiones extranjeras, además de desarrollar mecanismos de cooperación entre los sectores público y privado. Por otro lado, el problema del cambio climático también emerge como uno de los desafíos más acuciantes que enfrenta nuestro continente, debido a sus graves consecuencias de larga duración, en los diversos aspectos de la vida en nuestros países. Si bien los países africanos son los que menos contribuyen a las emisiones de gases que provocan el cambio climático; lamentablemente, se encuentran entre los países más afectados por sus repercusiones, debido a los sucesivos años de sequía, a la escasez de precipitaciones y a la aceleración de la desertificación. En consideración de la naturaleza del desafío climático en tanto que fenómeno global que no puede ser tratado con soluciones unilaterales, la comunidad internacional está llamada a escuchar las demandas de los países africanos a este respecto, movilizando los recursos financieros y técnicos necesarios para ayudar a los países del continente en sus esfuerzos por limitar los efectos del cambio climático o de adaptación al mismo, dado que África es el continente que menos se ha beneficiado de los fondos prometidos, en el marco del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Paralelamente, nuestros países africanos están llamados a reorientar sus modelos de desarrollo hacia patrones de producción y consumo más sostenibles, que tomen en consideración las limitaciones que impone el cambio climático, tanto en lo que se refiere al volumen de recursos naturales disponibles, como a la naturaleza de las opciones económicas adoptadas. Excelencias, Señoras y Señores, Si la elevada tasa de endeudamiento y el cambio climático constituyen un gran desafío que amenaza la estabilidad de las economías africanas y la sostenibilidad de sus modelos de desarrollo, cabe destacar que la transición digital ofrece enormes oportunidades de desarrollo para los países africanos, que deben ser aprovechadas de manera óptima. En efecto, la tecnología digital constituye un cambio estructural en el enfoque que adoptamos hacia el mundo que nos rodea, ya que permite el desarrollo de nuevos patrones de producción y consumo susceptibles de crear más puestos de trabajo y mayores oportunidades de inversión. Los medios digitales constituyen, igualmente, distinguidos canales para elevar el nivel de inclusión financiera y ampliar el dominio de la cobertura sanitaria y social. Sin embargo, la digitalización, como opción económica, requiere la provisión de competencias humanas suficientes y especializadas, consolidando esta cultura entre los diversos segmentos de la sociedad y desarrollando infraestructuras técnicas capaces de acompañar el rápido desarrollo en este sector. A pesar de que la digitalización comporta también repercusiones complejas y difíciles de afrontar, parece necesario acelerar el ritmo de digitalización de nuestras sociedades africanas, a fin de cerrar la brecha existente en este campo con los países desarrollados y recoger los frutos del boom digital que está viviendo el mundo, proporcionando los recursos financieros y humanos necesarios para hacer frente a este desafío, y movilizando las competencias humanas africanas, para proporcionar soluciones digitales que se ajusten a las especificidades culturales y sociales de los países del continente. Excelencias, Señoras y Señores, En este sentido, la cooperación Sur-Sur sigue siendo la vía óptima para mejorar las condiciones económicas de los países del continente. A Marruecos le animan firmes convicciones y posee importantes logros a este respecto, manifestados a través de su permanente compromiso y de los proyectos estructurantes, como puede ser el proyecto del gasoducto entre Marruecos y Nigeria, que se espera contribuya a mejorar radicalmente la seguridad energética de un importante número de países africanos. Por otra parte, los avances conseguidos en el proceso de implementación del Área de Libre Comercio Continental Africana (AFCFTA), a pesar de los desafíos asociados a la crisis actual, es una prueba más de la capacidad de nuestro continente para potenciar su integración económica conforme a una visión común. En efecto, tan pronto como sea posible, la puesta en marcha de esta Área permitirá acelerar la integración de las economías africanas entre sí y en las cadenas globales de valor, así como la consolidación de la cooperación comercial y económica Sur-Sur a la que todos aspiramos. Paralelamente, queremos también renovar la invitación a nuestros socios, tanto en lo bilateral como en lo multilateral, para acompañar los esfuerzos de desarrollo que realizan los países de nuestro continente, en el marco de una asociación estratégica mutuamente beneficiosa, que proporcione a los países africanos los recursos suficientes para hacer frente a las cargas del desarrollo sostenible y disponer los medios de una vida digna y segura a todos sus pueblos. Al expresaros Nuestros elogios por los esfuerzos efectivos que desplegáis en pro del apoyo de la voluntad que anima a nuestro continente para enfrentar los retos del desarrollo económico y social, os deseamos una feliz estancia en Marruecos, deseándoos pleno éxito a vuestra reunión. Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh».