Argelia menosprecia a Estados soberanos por apoyar la posición legítima en el expediente del Sáhara marroquí – escritor-periodista –
El escritor-periodista, Abdelhamid Jmahri, consideró que el ministerio argelino de Asuntos Exteriores ha menospreciado a Estados soberanos, cuyo único reproche ha sido apoyar la legitimidad y la legalidad del expediente del Sáhara marroquí.
En un artículo titulado «¡Reflexiones sobre el comunicado de la derrota argelina en Marrakech!» publicado el sábado en el diario »Al Atihad Al Ichtiraki», el periodista escribió que el día de la reunión de la Coalición Mundial contra Daech en Marrakech fue un largo calvario para Ramtane Lamamra, ya que Marruecos recibió un gran apoyo explícito, responsable y por escrito de muchos ministros de Asuntos Exteriores. Esta situación que vive el ministerio de Lamamra tiene un nombre: fracaso!, estimó.
¿Por qué razones 80 países están convencidos de ponerse del lado de Marruecos en su causa nacional, si no es por su argumento convincente? ¿Y qué país se habría quejado a Argelia por comprometerse, si se aferra a la infalibilidad moral de los países participantes en un esfuerzo internacional para luchar contra el terrorismo y garantizar la paz mundial, que requiere ante todo valor intelectual e integridad? se preguntó el periodista.
También consideró que al querer insultar a Marruecos, Argelia ha ofendido deliberada y premeditadamente a todos los países participantes al acusarles de haber cedido a un «regateo», agregando que Argelia ha reiterado su ofensa contra los países participantes.
Tras calificar a algunos países de «entidades susceptibles de ser engañadas», Argelia acusó a otros de «contradicciones», no excluyendo así a ningún país con su arcaico «léxico» degradante, que refleja la bajeza de su diplomacia.
El comunicado del Ministerio argelino de Asuntos Exteriores sólo reveló el orgullo herido del país al final, cuando se felicitó por la lucha contra el terrorismo, jactándose de que «Argelia pagó un alto precio al terrorismo y lo derrotó», como si quisiera significar que la ausencia del país en Marrakech era una «pérdida» para la reunión, un mensaje que no puede ser malinterpretado por los observadores, y mucho menos por diplomáticos experimentados como los presentes en Marrakech.