España llamada a interactuar y expresar su posición en el proceso estratégico y de desarrollo de Marruecos (periódico)
Rabat – España, como país vecino de Marruecos y concernido por la cuestión del Sahara debido a su pasado colonial, está llamada a interactuar y expresar su posición en el proceso estratégico y de desarrollo de Marruecos, dando un nuevo aliento a sus relaciones con el Reino, para promover el acercamiento entre los dos países, escribe el periódico arabófono «Al-Ittihad Al-Ichtiraki».
El autor del artículo, Talaa Saoud Al Atlassi, destaca los desarrollos cualitativos que han dado un nuevo giro a la cuestión del Sáhara marroquí mediante la apertura de representaciones diplomáticas en la región y el lote de reconocimientos oficiales y eminentes que confirman la legitimidad del derecho marroquí sobre las provincias del sur del Reino, subrayando que estos avances han desencadenado variables geoestratégicas en la región que han dotado a Marruecos de nuevas capacidades y de una influencia considerable, especialmente la intervención cualitativa en la resolución de conflictos por parte de la Administración estadounidense y de los países del Golfo.
Saoud Al-Atlassi también ha señalado que algunos partidos implicados en la acción política española, reputados de derechas, están habitados por la hostilidad hacia Marruecos, que se desprende del dogma del pasado militar, mientras que otros, que se reclaman de izquierdas, se inmiscuyen en el conflicto del Sáhara marroquí patrocinando el movimiento separatista «polisario», que está dificultando el desarrollo de las relaciones hispano-marroquíes, añadiendo que otros interlocutores se sitúan en una posición de tregua, vacilación y moderación, que marca la desconfianza, meditada o irreflexiva, que las élites y los gobernantes de España sienten hacia Marruecos.
Además, Saoud Al Atlassi se preguntó acerca de la discrepancia en la interacción entre los aspectos político y económico de las relaciones entre Marruecos y España, cuando más de 1.000 empresas españolas operan en Marruecos, superando a Francia, que es el socio tradicional de Marruecos.
En este sentido, prosigue el autor, la Oficina de Estadística de la Unión Europea (Eurostat) indicó a principios de diciembre de 2019, que España es el primer socio comercial de Marruecos, tanto en términos de importaciones como de exportaciones, y ostenta el 33,5% de todas las exportaciones europeas a Marruecos, lejos de Francia o Alemania como ejemplo, destacando que estos datos sitúan a Marruecos como destino de referencia para las inversiones españolas en África, sin olvidar los acuerdos pesqueros Marruecos-Europa, cuyo principal beneficiario es España.
Cabe señalar también que, a la vista de todos estos datos, el Gobierno Español está llamado a tener en cuenta el privilegio que le concede Marruecos, en un contexto marcado por la feroz competencia por el «espacio marroquí» de varios países europeos, además de China y Turquía y, en el futuro, de América y Japón.
Si el Gobierno Español estuviera más atento a su distinguida posición económica en Marruecos, e interactuara con los datos marroquíes que atestiguan la fertilidad del proceso de desarrollo liderado por Su Majestad el Rey Mohammed VI desde hace dos décadas, España habría reclamado, gracias a Marruecos, una mejor posición en el continente africano que es el futuro común de ambos países, y habría sido privilegiada en el Sahara y en la ciudad de Dajla frente a la administración estadounidense si no se hubiera sentido ofendida por el reconocimiento estadounidense de la soberanía de Marruecos sobre su Sahara, escribió Saoud Al Atlassi.
Tras considerar que la política exterior española necesita un reenfoque y una reorientación, el autor mencionó que la ministra española de Asuntos Exteriores, González Laya, había destacado en la Conferencia de Embajadores de España que «es necesario repensar las relaciones transatlánticas» que unen a España y Estados Unidos, y añadió que «Trump ha desafiado las reglas del juego a nivel nacional e internacional de diversas maneras y ha creado una situación de incertidumbre».
En este contexto, Saoud Al Atlassi se preguntó: «si esto no es una molestia para España respecto a los logros de Marruecos y una injerencia en una relación bilateral soberana con un tercer país… ¿qué sería?», teniendo en cuenta que la ministra no fue el único que apoyó esta postura, que también respaldó el líder del partido “Podemos”, Pablo Iglesias.
El autor explicó que la traducción política de esta «situación de incertidumbre», es una nueva situación geoestratégica que exigía la propia conferencia para debatir «programas e iniciativas para reforzar la presencia de España en la escena internacional», según el jefe del Gobierno Español, Pedro Sánchez, que subrayó que «este contrato debe ser un contrato africano» con una mayor presencia de las empresas españolas en África, reforzando la cooperación con Marruecos sobre la base de una lógica de beneficio mutuo, sin por ello presentar a Marruecos elementos tranquilizadores en esta conferencia sobre la cuestión del conflicto del Sáhara, aprovechando la evolución del expediente y de la región en su conjunto.
La ministra española de Asuntos Exteriores había declarado previamente a un periódico español, antes de la conferencia de embajadores, que «lo importante ahora es que el Secretario General de la ONU nombre un nuevo enviado especial al Sáhara para dirigir los esfuerzos, con el fin de alcanzar una solución aceptable para todas las partes».
«¿A quién debe creer Marruecos, a la ministra o al jefe de Gobierno?», se pregunta el autor, considerando que se trata de «una confusión en las orientaciones españolas».
España debe ser consciente de que Marruecos no sólo puede ser beneficioso para ella, en términos de privilegios de inversión, lucha contra la inmigración ilegal y lucha contra el terrorismo, porque Marruecos quiere compartir intereses con España, a través de la apertura de nuevos horizontes en sus ricas y prometedoras relaciones bilaterales y palancas históricas, geográfica, política y económica en lugar de que los partidos políticos españoles se aprovechen del principio de «autodeterminación», polifacético y con aplicaciones imprecisas, subrayando la importancia de dar prioridad a la razón y al interés histórico para aprovechar los recientes acontecimientos en el Sáhara marroquí en beneficio de Marruecos y de la Región en general.
«Es inaceptable que quien se beneficia de la miel de Marruecos, enfade al vendedor de la miel», concluye el autor del artículo.