Sahara: Tres duros reveses infligidos a Argelia y al Polisario en menos de una semana
La semana que ha pasado ha sido una semana difícil para la diplomacia argelina y el Frente Polisario, que han tenido que encajar no menos de tres duros reveses infligidos por las Naciones Unidas, los Estados Unidos y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
En primer lugar, el enviado de la ONU para el Sahara, el alemán Horst Köhler invitó a las cuatro partes en el conflicto del Sahara, sin excluir a Argelia, que reclama su neutralidad y reclama por sí misma y por Mauritania el título de observador, a una mesa redonda en diciembre en Ginebra, en un nuevo intento de reiniciar las negociaciones sobre este tema.
El mediador de la ONU ha otorgado a las cuatro partes (Marruecos, Argelia, Mauritania y el Polisario) hasta el 20 de octubre, para responder a su invitación a la reunión programada para los días 5 y 6 de diciembre en Suiza.
En su declaración del viernes pasado, Köhler dejó en claro que se trata de una mesa redonda y no de negociaciones directas entre Marruecos y el Polisario, como afirma Argelia.
Por su parte, el ACNUR ha negado las cifras sesgadas de los habitantes de los campamentos de Tinduf, transmitidas hasta esa fecha por los responsables argelinos, reafirmando al mismo tiempo el imperativo del registro de estas poblaciones de acuerdo con su mandato y a las resoluciones conexas del Consejo de Seguridad desde 2011.
El ACNUR confirmó en una declaración el viernes pasado que las cifras oficiales utilizadas para planificar la ayuda humanitaria para los campamentos de Tinduf permanecen sin cambios.
El tercer y último golpe para el Polisario y sus patrocinadores argelinos provino del Congreso de los Estados Unidos, donde tres congresistas presentaron la semana pasada, un proyecto de ley que castigaba la conexión entre el movimiento chií libanés «Hezbollah» y el Frente Polisario.
Los diputados Joe Wilson, Carlos Curbelo y Gerry Connolly han presentado en la Cámara de Representantes un proyecto de ley que condena la colusión entre el Polisario y Hezbollah y los objetivos desestabilizadores de Irán en el norte de África y otros lugares.
El proyecto de ley también reafirma el apoyo del Congreso de los EE. UU. Al plan de autonomía marroquí para el Sahara, que nuevamente se califica como «serio, creíble y realista».