La verdadera batalla diplomática entorno al Sahara Occidental está en la UA y no en la ONU
La política de la silla vacía observada por Marruecos desde hace más de treinta años en África, hja dejado tiempo de sobra el campo abierto a Argelia y a su protegido el Polisario, para extender su influencia en el continente y en particular en las instancias de la Unión Africana (UA).
Pero como dice el refrán «nunca es demasiado tarde para empezar,» Marruecos ha llegado a comprender que la batalla diplomática entorno al Sahara Occidental debe jugarse no en las Naciones Unidas en Nueva York o en Ginebra, pero dentro de la organización panafricana y sus instancias dirigentes.
De hecho, la mayoría de los países que aún apoyan a la pseudo- República Saharaui (RASD), bajo la presión del régimen argelino, están en el continente y en menor medida en América Latina.
Es en este contexto que el rey de Marruecos, Mohamed VI inició poco después de su coronación en 1999, una política de acercamiento con los países africanos, por lo que en septiembre, solicitó la readmisión de Marruecos dentro de la Unión Africana.
Por otra parte, Marruecos, que tiene muchos países amigos en el África francófona que apoyan sin reservas la cuestión del Sahara, se ha puesto en marcha recientemente en la reconquista de África anglosajona, siempre considerada como el dominio exclusivo de ‘ de Argelia y que cuienta con el mayor número de votos apoyando la quimérica «RASD».
Se trata de una ofensiva diplomática que el monarca marroquí conduce suavemente a fin de no poner en peligro los intereses económicos y geoestratégicos que estos países cultivan con Argelia, uno de los países productores de petróleo y gas en África.
Marruecos espera recuperar su asiento en la gran familia africana probablemente en enero de 2017, para cortar la hierba debajo los piés de la vecina Argelia, su máximo rival en una disputa territorial en torno al Sahara.
El Reino de Marruecos se anima en su nuevo enfoque, por el aumento constante en el número de afroamericanos y latinos que deciden romper de forma permanente todas las relaciones con el Polisario y su fantasmal república saharaui, el último de ellos Surinam, Zambia y recientemente Jamaica.
Para recordar el 18 de julio, en la cumbre 27 de jefes de estado africanos que se celebró en Kigali, Ruanda, 28 países miembros han dirigido a la Presidencia de la UA, una moción en la que apoyaron la readmisión de Marruecos y pidiéron la suspensión de la «RASD» las actividades de la UA y sus órganos. Una señal muy alentadora para la diplomacia marroquí en la batalla que le libra la vecina Argelia. Después de no poder ganar puntos en la ONU, la diplomacia argelina ha caído de nuevo en el tablero de ajedrez africano, pero no por mucho tiempo, dicen los observadores conocedores del tema.