Ante los ministros europeos del Interior, Grande-Marlaska destaca la ejemplaridad de la cooperación migratoria con Marruecos
La cooperación entre Marruecos y España en el ámbito de la gestión migratoria y la lucha contra la inmigración ilegal es un ejemplo de diálogo político entre socios, según ha declarado el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ante los ministros de Justicia e Interior de los 27 Estados miembros de la Unión Europea.
El responsable español, que se expresaba en una reunión en Praga de los ministros de Justicia e Interior (JAI) de los Estados miembros de la UE, subrayó la necesidad de «elevar el perfil político y la presencia de la UE» en los países de origen y de inmigración ilegal, y dijo que «la relación con Marruecos es un ejemplo de ello». «Es urgente reforzar el diálogo político con nuestros socios africanos e intensificar el diálogo entre los representantes de la UE y los Estados miembros», insistió Grande-Marlaska, que se congratuló de la reciente reunión en Rabat con la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, y el ministro del Interior, Abdelouafi Laftit. Grande-Marlaska, citado en un comunicado del Ministerio español del Interior, rogó a sus colegas europeos en Praga que aumentaran los fondos europeos para conseguir una migración «ordenada y justa» desde los países africanos. Los países africanos de origen y tránsito de la migración necesitan una ayuda regular, previsible y sustancial, que hasta ahora ha sido insuficiente», añadió. El ministro español citó el Instrumento de Vecindad, Cooperación al Desarrollo y Cooperación Internacional (VCDCI), que dedica el 10% de sus fondos a la migración. «Debemos aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece este presupuesto y poner en marcha proyectos de cooperación migratoria, que ya han demostrado su eficacia en terceros países», sugirió. Grande-Marlaska también subrayó el «carácter estructural» del fenómeno migratorio, afirmando que «la presión migratoria de África no va a desaparecer». El 8 de julio, en Rabat, la Comisión Europea y Marruecos pusieron en marcha una asociación renovada en el ámbito de la migración y la lucha contra las redes de tráfico de seres humanos, en particular tras la aparición de nuevos métodos operativos extremadamente violentos adoptados por estas redes criminales.