Mayara aboga por una refundación de la institucionalización del diálogo social

El presidente de la Cámara de Consejeros, Naama Mayara abogó, hoy lunes en Rabat, por una refundación de la dinámica y la institucionalización del diálogo social con el fin de promover nuevas prácticas y una comprensión diferente de la función del diálogo y su agenda.

El diálogo social, a la luz del Estado social, no es un paréntesis temporal, sino una acción a largo plazo en materia de políticas públicas, empezando por su elaboración, su aplicación y luego su evaluación», declaró en la apertura de la 6ª edición del Foro Parlamentario sobre Justicia Social, que se celebra bajo el lema «Diálogo social y desafíos del Estado social», a iniciativa de la Cámara de Consejeros, en colaboración con el Consejo Económico, Social y Medioambiental (CESE).

A este respecto, señaló que el diálogo social ya no se limita a la situación financiera de los asalariados y a sus condiciones de trabajo, ni a la existencia de una plataforma de gestión de los conflictos laborales, sino que va mucho más allá, ya que es parte integrante de una política económica integrada, subrayando que «el diálogo social pasa hoy por la protección de las oportunidades de empleo, el empleo productivo, la ciudadanía empresarial, una fiscalidad eficaz e incentivadora y una reforma legislativa, jurídica y reglamentaria acorde con la evolución del mercado laboral».

De ahí, para él, la razón de la elección del tema evocador de este foro asociando un mecanismo y un proyecto de Estado deseado, explicando que el mecanismo se refiere a un diálogo social destinado a establecer la paz social, las relaciones contractuales de colaboración basadas en el diálogo entre todas las partes interesadas, mientras que el proyecto de Estado deseado es el medio para lograr las mejores respuestas posibles a los desafíos sociales planteados en apoyo de un modelo de Estado social que proporcione ayuda y asistencia a las poblaciones precarias y también la protección social necesaria frente a los excesos de la economía de mercado.

Mayara señaló también que el mundo se ha enfrentado en los últimos 15 años a una avalancha de crisis que han disparado los precios de la energía y de los alimentos, dando la voz de alarma sobre la fragilidad de las economías emergentes y la debilidad de los mecanismos de solidaridad internacional, además de las desafortunadas repercusiones de la pandemia de la Covid-19, que ha puesto de manifiesto los déficits de las infraestructuras médicas y sociales, al tiempo que ha revelado las dificultades de resiliencia de las economías nacionales, sobre todo las que están en proceso de emergencia, ante tales acontecimientos. Todas estas limitaciones combinadas abogan por nuevos enfoques para aprehender el problema social, señaló.

Mayara también se refirió a los compromisos contenidos en el programa de gobierno, que otorga un lugar central a la promoción de un modelo económico, al empleo y al desarrollo sostenible, así como a la cohesión social y territorial.