Cuando el Tribunal de la UE juega a la ruleta rusa
Se ha convertido casi en una costumbre, incluso en un hobby, que algunos magistrados del Tribunal de la Unión Europea anulen las decisiones tomadas soberanamente por los Estados miembros, aunque reciban la aprobación abrumadora del Parlamento Europeo, para imprimir su marca en la gobernanza de las instituciones ejecutivas de la UE y decir, a quienes contestan su autoridad, que son los guardianes del derecho comunitario hasta poner en peligro los propios intereses de Europa.
Este es el caso de esta extraña sentencia dictada, hoy miércoles, por el Tribunal de la UE, que anula los acuerdos agrícola y pesquero concluidos entre Marruecos y la Unión Europea, pero que sin embargo precisa que los efectos de estos acuerdos siguen vigentes. ¡Una decisión extraña!
En primer lugar, unas palabras sobre la composición del tribunal: es la misma camarilla que había urdido la sentencia de 2015 y muestra una total ignorancia de las realidades históricas, de las sutilezas jurídicas y de la evolución política de la cuestión del Sáhara marroquí. En segundo lugar, el contenido: unas declaraciones políticas mordaces, expresadas mediante contorsiones jurídicas ininteligibles.
En comparación con la sentencia de 2015 y sus motivaciones, uno se da cuenta de que el magistrado o magistrados que elaboraron el documento casi lo copiaron y pegaron con un toque de celo para que pareciera serio.
Conocemos la tensa relación entre la jurisdicción europea y los órganos ejecutivos de la UE, pero no hasta el punto de jugar a la ruleta rusa y emitir un veredicto que no se ajusta a las posiciones constantes de la UE y sus Estados miembros respecto a la solidez de la asociación con Marruecos, sobre todo porque esta sentencia no tiene ningún efecto ni impacto en las transacciones comerciales que seguirán prosperando entre ambos socios.
¿Por qué entonces esta pérdida de tiempo y energía, sabiendo que esta decisión en primera instancia será recurrida y, como en 2015, anulada por el Tribunal Europeo? No hay más ciegos que los que no quieren ver.
También es importante recordar que estos dos acuerdos fueron examinados con lupa por el Parlamento Europeo, que sólo los validó cuando tuvo la certeza de que los dos textos eran conformes con el derecho internacional, que respetaban la sentencia anterior del Tribunal, que la población afectada en las provincias del sur fue ampliamente consultada en las diferentes fases de elaboración de los acuerdos y que se beneficia de los dividendos de estos acuerdos.
Otro elemento nunca planteado por la jurisdicción europea y a menudo ocultado por los medios de comunicación de los separatistas es que el polisario había sido invitado por la Comisión Europea a expresarse sobre estos acuerdos, pero había declinado esta invitación porque tiene otros objetivos en el marco de la malvada alianza con Argelia.
Al leer las motivaciones expuestas por los jueces del tribunal, queda claro que no prestaron ninguna atención a estos elementos y se limitaron a una lectura, o incluso a interpretaciones tendenciosas de carácter político, mientras se permitían un puente con el derecho internacional al emitir un veredicto alambicado y sin sentido. Además, para ocultar su metedura de pata, el tribunal afirma que su decisión no afecta al curso normal de las cosas, porque quiere evitar «las graves consecuencias de una anulación de los acuerdos sobre la acción exterior de la Unión Europea». He aquí un tribunal que dice preocuparse por la diplomacia europea y al mismo tiempo la pone en apuros. Esto es pura esquizofrenia.
Pero no importa, el recurso se hará. Marruecos no chocará esta vez con la Unión Europea, como quisieran Argelia y el polisario. Los dos socios permanecerán hombro con hombro contra todos aquellos que quieran torpedear sus acuerdos de asociación actuales y futuros.
Las dos partes ya lo reiteraron en una Declaración conjunta publicada tras la decisión del tribunal.
«Seguimos plenamente movilizados para continuar la cooperación entre la Unión Europea y el Reino de Marruecos, en un clima de serenidad y compromiso, para consolidar la Asociación Euro-marroquí de Prosperidad Compartida, lanzada en junio de 2019», reza esta Declaración conjunta del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, vicepresidente de la Comisión Europea Josep Borrell y del ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita.
Ambas partes afirman que tomarán «las medidas necesarias para asegurar el marco jurídico que garantice la continuación y la estabilidad de las relaciones comerciales entre la Unión Europea y el Reino de Marruecos».
¡Y aquí vamos de nuevo! La famosa decisión en primera instancia del tribunal será llevada ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que volverá a anularla. Y… la caravana pasa.