La DGAPR desmiente las alegaciones transmitidas por individuos que dicen ser «solidarios» con el detenido – S.R –

La Delegación General de la Administración Penitenciaria y de la Reinserción (DGAPR) desmintió, el lunes, las alegaciones transmitidas por individuos que dicen ser «solidarios» con el detenido (S.R), que cumple su pena en la prisión local Ain Sebaa 1, durante una sentada organizada frente al centro penitenciario.

En una aclaración, la DGAPR indicó que en relación con las alegaciones de que «al dicho detenido se le negó la salida al hospital externo para por tratamiento», la Delegación precisa que la persona concernida se niega a ir al hospital desde el 30 de junio de 2021 y también se niega a que el personal médico del establecimiento verifique sus signos vitales.

En cuanto a «su privación de ver a su mujer y a su niño», la Delegación General confirma que las visitas familiares fueron totalmente suspendidas desde el 19 de julio de 2021, debido a la situación epidemiológica en Marruecos, sabiendo que dicho detenido se había negado anteriormente a salir para ver a su mujer y a su abogado, a condición de que se le proporcionara una silla de ruedas, mientras que al mismo tiempo se desplazaba con normalidad entre los locales y plantas del centro penitenciario. Cuando se dio cuenta de que su maniobra había fracasado, comenzó a caminar con sus pies para encontrarse con su abogado».

La pretensión de solidaridad con el detenido concernido por parte de «un grupo de personas desprovistas de conciencia y de patriotismo se ha convertido en una miserable puesta en escena que ya no puede ser utilizada para engañar a la opinión pública, que ahora es consciente de los innobles objetivos que les animan, y de las agendas que están aplicando», según la misma fuente.

La actuación de estos últimos se produce aun sabiendo perfectamente que el propio detenido en cuestión se niega él mismo a que se le midan los signos vitales y a ser trasladado al hospital público externo, precisa el comunicado, agregando que el detenido en cuestión se ha negado más de una vez a recibir a su defensa y a su mujer y ha exigido desplazarse en una silla de ruedas.

Estas personas actúan de este modo, aun sabiendo que es ilógico e imposible que el detenido pueda caminar con sus pies tras 117 días de su pretendida huelga de hambre, señala la Delegación, subrayando que el recluso se negaba constantemente a ser trasladado al hospital y a que se le midieran los signos vitales, ya que sabía perfectamente que no estaba realmente en ninguna huelga de hambre y que tomaba productos nutritivos de forma regular, como había informado anteriormente la Delegación General a la opinión pública.