Sahara: Christopher reanudará su misión, pero con condiciones

El enviado del Secretario General de la ONU para el Sahara, Christopher Ross, pronto podría reanudar su misión a la única condición de acatar las exigencias de las autoridades marroquíes. Sin la confianza de una de las partes en el conflicto del Sáhara, el mediador de la ONU no puede continuar con su misión y, por supuesto, como fue el caso de algunos de sus predecesores obligados a tirar la toalla por la pérdida de la confianza en uno de los dos protagonistas. Marruecos, requiere, sobre todo, del enviado personal de Ban Ki-Moon, que se adherirse a la objetividad y de dàe pruebas de imparcialidad con el fin de continuar su misión. Es precisamente por la imparcialidad y la falta de neutralidad que demostró el mediador de la ONU, que el reino había retirador su confianza. Pero antes de regresar sobre el terreno, Rabat sigue esperando una respuesta de la ONU y la decisión final del Secretario General para decidir sobre esta cuestión.

Porque, como señaló el lunes, el ministro marroquí de Exteriores, Saad Eddine El Otmani, este deseo de desbloquear la situación, significa que el gobierno marroquí ha retornado sobre su decisión de retirar su confianza en Ross. Este último, dijo, «no tiene sitio si no dà muestras de objetividad», una condición previa para la reanudación de las negociaciones. En su última resolución, el Consejo de Seguridad de la ONU, como se subraya en resoluciones anteriores, en la continuación de las negociaciones a fin de lograr una paz justa, duradera y negociada a este conflicto, que es, según El Otmani, la esencia de la cuestión y se unió a la propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental bajo soberanía marroquí. El refeuerzo, recientemente, de los movimientos de protesta en los campamentos de Tinduf, entre ellos el joven movimiento autoomista y la erosión de las filas en la cpula de la jerarquía de los líderes separatistas, administra la prueba de que no hay alternativa a la opción de la autonomía estimada como creíble y realista de la comunidad internacional. La solución para balcanizar la región que ofrece el Frente Polisario no ayuda en última instancia a las ambiciones hegemónicas, de la vecina Argelia.