Más de 100 separatistas del polisario operan en el seno de Al Qaeda en el Magreb Islámico

Más de 100 separatistas del frente polisario operan en el seno de Al-Qaeda en el Magreb islámico, advirtió Cherkaoui Habboub, director de la Oficina Central de Investigaciones Judiciales (BCIJ, en sus siglas en francés), en una entrevista a la revista «Jeune Afrique».

«También se ha establecido que existe una supervisión en los campamentos de Tinduf y un adoctrinamiento proporcionado por los imanes de los campamentos. Este es también un factor que ha convertido la región del Sahel en lo que es actualmente: una amenaza tanto para Marruecos como para otros países», subrayó Habboub, añadiendo que «esta constatación nos remite a la implicación de elementos del frente polisario en los grupos terroristas, ya sea en el AQMI o en el Estado Islámico en el Gran Sáhara».

Ante la peligrosidad de estas organizaciones, la cooperación regional en materia de seguridad es una condición sine qua non para eliminar la amenaza, añade el director de la BCIJ, que deploró la inexistencia de cooperación con Argelia.

Se trata de un peligro, pero también de un freno, para todos los esfuerzos realizados por los países de la región y las demás potencias mundiales para luchar contra este fenómeno, estima.

Según Habboub, el Sahel representa un «gran peligro» y un «gran desafío de seguridad» para Marruecos, señalando que de esta región proviene hoy la amenaza terrorista que pesa sobre el Reino y sobre los países vecinos.

«Esto se explica por los trastornos políticos y socioeconómicos que se producen en la zona», destaca el director de la BCIJ, precisando que se trata de una vasta región en la que la vigilancia de la seguridad no es asequible.

Tras sus respectivas caídas en Afganistán y Siria, las dos principales organizaciones terroristas, Al Qaeda y Daesh, han encontrado en el Sahel un «terreno fértil», advierte Habboub, añadiendo que desde entonces varias organizaciones operan en la zona: algunas están afiliadas a AQMI (Al-Qaeda en el Magreb Islámico) y otras a Al-Qaeda.

También está el Estado Islámico en el Gran Sáhara (EI-GS), dirigido por Adnan Abu Walid al-Saharraui -nativo de Laayún y ex miembro activo del frente polisario-, que entre 2016 y 2020 reivindicó varias operaciones terroristas en la región, recuerda el director de la BCIJ, agregando que Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares a cambio de cualquier información que permita localizarle, mientras que la región del Sahel se está convirtiendo en un «epicentro de las organizaciones terroristas».

En cuanto al enfoque marroquí frente a esta amenaza, Habboub afirmó que, desde los atentados del 16 de mayo de 2003, Marruecos ha adoptado, bajo el impulso de SM el Rey Mohammed VI, un enfoque global, integrado y multidimensional, cuyas consignas son la vigilancia y la anticipación.

«Estos dos principios son hoy fundamentales frente a la amenaza del Sahel», explica, precisando que, además de la región del Sahel, el regreso de los combatientes terroristas marroquíes constituye «uno de los mayores desafíos para la BCIJ y el Reino».

El mismo recuerda a este respecto que 1.654 marroquíes se han unido a las filas de la organización terrorista del Estado Islámico desde su aparición en 2014 y que estas personas han sido entrenadas para fabricar explosivos y venenos mortales, entre otros.

«En resumen, son combatientes que hoy están dotados de experiencia militar. De estos 1.654 marroquíes, 270 han regresado a Marruecos. Por su parte, la BCIJ se ocupó de 137 casos, es decir, hemos logrado llevar a 137 personas ante la justicia. De ellos, 115 han estado activas en la zona sirio-iraquí, 14 en Libia, además de otros ocho combatientes que fueron repatriados por el Reino, en coordinación con Estados Unidos en 2019», explica Habboub, evocando la cuestión de las mujeres y los menores marroquíes que siguen atrapados en las zonas de conflicto.

A la pregunta de si Marruecos está a salvo de una amenaza terrorista, el director de la BCIJ subrayó que «no por ser considerado como uno de los países pioneros en la lucha antiterrorista, Marruecos está a salvo de una amenaza terrorista».

«Para decirlo claramente, nunca se puede estar a salvo, y ningún país del mundo puede jactarse de serlo», insistió.

En cuanto a la cooperación de Marruecos en la lucha contra el terrorismo, Habboub subrayó que Marruecos está plenamente comprometido con sus socios en la coalición internacional contra el terrorismo desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. «Desde aquel día, el Reino se ha convertido en un objetivo para los terroristas», afirmó.

Marruecos está comprometido eficazmente con los países árabes, africanos y otros países de otros continentes en la lucha contra el terrorismo, agrega, sosteniendo que esto implica compartir experiencias, un intercambio de información y una coordinación continua en materia de seguridad, así como un intercambio en el ámbito de la formación.

En ese contexto, Habboub indicó que «varios responsables africanos han recibido formación en Marruecos. Estos responsables proceden principalmente de países como Mauritania, Gabón, Burkina Faso, Guinea-Conakry, Madagascar y Tanzania».

El director de la BCIJ también se refirió a la cooperación con Estados Unidos que ha permitido recientemente a las autoridades estadounidenses interpelar a un soldado norteamericano implicado en la planificación de actos terroristas, además de sus vínculos con elementos pertenecientes a Daesh.

«Las informaciones precisas de la DGST sobre el soldado y su proyecto terrorista permitieron a las autoridades estadounidenses interpelarle y evitar un drama. Este ejemplo es revelador del enfoque marroquí, caracterizado por la continuidad y la precisión en el análisis de la información. Añadamos a esto el momento de la comunicación. Todos estos elementos permitieron a Marruecos ser reelegido, en 2019, para un tercer mandato como copresidente del Foro Mundial contra el Terrorismo», se congratuló.

En cuanto a la Oficina-Programa de las Naciones Unidas para la Lucha contra el Terrorismo y la Formación en África que Marruecos va a albergar, Habboub indicó que el objetivo de esta Oficina-programa es unificar los esfuerzos y discutir todos los temas relacionados con el terrorismo en el continente africano. «Es un honor para nosotros tener esta oficina en Marruecos. Las instituciones del Reino, en particular la BCIJ, no van a escatimar medios, ya sea en términos de intercambio de experiencias o en términos de formación, para hacer que este proyecto tenga éxito», dijo.

El mismo sostuvo que «la cooperación internacional es una necesidad para todos los países. Estados Unidos encomian la fructífera cooperación con Marruecos y otros países, como Bélgica y Francia, ya lo han hecho. Con España, hemos efectuado diez operaciones conjuntas para el desmantelamiento de células», señala el responsable marroquí. «No esperamos que un país alabe nuestros esfuerzos para enviarle información. Si un país está en peligro, le enviamos toda la información de la que disponemos para salvar vidas humanas y preservar la estabilidad de este país», afirma.

Por último, Habboub calificó de «muy satisfactorio» el balance de la BCIJ. Desde su creación, se han desmantelado 82 células, 76 de ellas relacionadas con el Estado Islámico. Se detuvo a 1.338 individuos, 14 mujeres y 33 menores. Sólo 54 personas detenidas tenían antecedentes penales relacionados con el terrorismo.

«Si hablamos de forma general del balance marroquí en la lucha antiterrorista, el Reino ha podido desmantelar 209 células desde 2002. En 2020, la BCIJ desmanteló ocho células terroristas. En cuanto a los combatientes fallecidos durante los enfrentamientos en Siria e Irak, su número asciende a 745», concluyó.