El polisario en Europa, o el espectacular colapso del esquema ponzi

Aunque sólo ha tenido una supuesta existencia en ciertos ámbitos de izquierda, con algunos nostálgicos del comunismo y de la Guerra Fría, o incluso con mercenarios por causas perdidas pagados por Argel, el polisario ha recibido una buena paliza a finales de año que está llegando a su fin.

Ya a lo largo del año, sus llamamientos a manifestarse ante las instituciones europeas y sus habituales maniobras en el Parlamento Europeo no han tenido respuesta por parte de su clientela.

Además de las sucesivas victorias diplomáticas de Marruecos en el camino hacia la culminación de su integridad territorial, coronada por el magistral golpe de Estado de Estados Unidos de América, la logística argelina parece no haber seguido este año debido a la cascada de problemas internos que recaen sobre el país, ahora en cuarentena_el término está de moda en relación con la dinámica internacional y los cambios geopolíticos que vive el mundo.

Aparte del eslogan logorreo y la ficción de «autodeterminación» mantenidos en la red y por la combinación de odio y resentimiento erigida como doctrina en la prensa a la bota del régimen de Argel, el polisario se ha quedado completamente sin voz en Europa, aturdido por la sucesión de reveses jurídicos, políticos y diplomáticos desde la renovación de los acuerdos agrícolas y pesqueros que se aplican al territorio del Sáhara como parte integrante del Reino, la última resolución 2548 del Consejo de Seguridad, y luego el golpe de mazo estadounidense.

Tan pronto como la noticia del reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre su Sahara digerido llegó a la noticia de otra igualmente contundente: el polisario acaba de perder su principal apoyo en Europa, el famoso «Intergrupo del Sahara Occidental en el Parlamento Europeo».

Anunciada con gran fanfarria por la prensa y los medios de comunicación en Argel el pasado mes de febrero como una hazaña que consagra el «entrismo ingenioso» del lobbying argelino en el Parlamento Europeo, esta entidad tan fantasmagórica como su razón de ser experimentó un espectacular repunte el 15 de diciembre con la dimisión de su presidente Joachim Schuster, como protesta contra la violación por parte del polisario del alto el fuego vigente desde 1991.

El eurodiputado socialdemócrata alemán tiró la toalla, frustrado por la decisión del polisario, que calificó de «grave error estratégico».

«No veo cómo esta decisión (nota del editor: la violación del alto el fuego por parte del polisario) puede promover una solución pacífica al conflicto», dijo.

Aislados en la escena internacional por el creciente número de retiros de reconocimiento del seudo «rasd», por la dinámica puesta en marcha por la apertura de consulados de países hermanos y amigos en las provincias del sur y por la sucesión de reveses diplomáticos, el polisario y Argelia se enfrentan ahora a una nueva situación geopolítica.

La ideología heredada de los sistemas totalitarios ha terminado. Ha desaparecido la quimera de un estado títere. La realidad concreta está ahí. Los hechos son testarudos. El futuro del Sáhara Atlántico bajo la soberanía inalienable de Marruecos está todo trazado.

Para Argelia y el polisario, casi medio siglo de confrontación se está esfumando. Tanto dinero desperdiciado, tanta energía perdida. Tantas ilusiones mantenidas. ?Es toda la pirámide Ponzi la que se derrumba!