El Sahara marroquí y la responsabilidad histórica
Todo observador que se advertiría de echar un vistazo retrospectivo sobre el Gran Sahara durante los tres últimos siglos, se dará cuenta de una efervescencia política extrema o de una situación social a bordo de la explosión en la región.Si el período de la guerra fría que siguió la segunda Guerra Mundial había consagrado las divisiones políticas de los países africanos heredados de la era colonial, la caída del muro de Berlín en el año 1989, a tan ella, puesto de nuevo el espacio sahariano en el seno político, con entre otros, la situación conflictual en la frontera sudanesa égypto, que fue la prolongación a las confrontaciones sangrientas en el cuerno de África (Etiopía, Eritrea, Somalia) o aún al conflicto fronterizo entre Libia y el Chad. Entonces que Argelia se hundía en la década de la sangre en el punto que las implicaciones de esta situación amenazaban hasta a los fundamentos mismos del Estado, esto que tiene, camino haciendo, ayudado y fomentado el Kabylie a reivindicar abiertamente su independencia, los Tuaregs y los Árabes de Azouad, vueltos a salir muy a la longitud de la frontera Argelia-Mali'-Mauritania, se habían alzado en la óptica de la independencia. Es al crisol de estas circunstancias internacionales y regionales que apareció el problema del Sahara estampillado en el vocabulario internacional como el problema del Sahara occidental. En la estela de estas mismas circunstancias, se catalogó como un elemento de una toda serie de tensiones que embrasent el Sahara en su conjunto, del Atlántico al Mar Rojo.
Por referencia a los datos históricos establecidos y probados, la prolongación sahariana del Estado marroquí ancestral, no debería a priori prestar a ningún debate, aún menos a uno cualquier problema, el revés de las fronteras, parte por parte, concebidas por el colonialismo europeo sobre el lado sahariano, a los otros países del Norte africano (especialmente las fronteras saharianas de Libia y Argelia), y que se prestaban de toda evidencia al juego de la confrontación política internacional1.
¿¿¬ Por qué pues la cuestión del Sahara marroquí había permanecido colocada entonces que, hasta a nuevo orden, se cierran los ojos sobre otras partes del Sahara de los países Norteafricanos?2.
Dejan de de la parte de la evolución que conocieron la cuestión del Sahara que los especialistas, los protagonistas y los observadores de la política internacional3 comprenden bien muy, nosotros hasta para aprovechar a la historia del Sahara atlántico, extendiéndose de Tarfaya al río Senegal antes del período colonial del principio del siglo XX. Pero este planteamiento, siempre que pudiera hacer la luz sobre muchos puntos, plantea un gran problema, que consiste en la insuficiencia de los testimonios históricos locales y, por lo tanto, de los datos que resultarían.
I – Proceso de la escritura de la historia referente al Sahara atlántico
Si franqueamos los tiempos alejados cuya exploración requiere el recurso a técnicas de investigaciones arqueológicas y otras técnicas similares, como la toponimia, se lo constata, que el primer período de la historia, muy como es el caso para los últimos siglos.
precediendo el principio de la era cristiana, no nos ofrecen, en manera testimonios históricamente inscritos sobre el espacio sahariano, que de los datos parsimoniosos, puesto que so'lo disponemos en la materia, de algunos residuos de los textos latinos legados por Hérodote o Saloster, textos que se prestan a numerosas lecturas e interpretaciones. Es a otra parte de la razón para la cual, los analistas so'lo se refieren a menudo con carácter orientativo sin más.
Con la llegada del Islam en la tierra marroquí y su consolidación en la región durante el siglo VIII, los testimonios árabes sobre el espacio sahariano comenzaban a llover, estableciendo datos de una riqueza excepcional.
Al principio, y hasta al siglo X, todo venía del Machrek (Ibn Haoukal, Ibn Abdelhakam et Massaoudi). La producción versión marroquí fue reactivada por la consecuencia, con referencias a los escritos de un determinado número de historiadores, geógrafos, hombres de cartas, y de tales enciclopedistas del Machrek, El-Amri o Al-Kalkchindi.
Entre los nombres marroquíes prestigiosos que monopolizaron la casi totalidad de esto que sabemos sobre la región entre el 11.o y el siglo XIV, figuran Al-Bekri, El-Idrissi, Ibn Said Al-Maghri, Ibn Aadri, Ibn Abi-Zaraa e Ibn Batouta.{mospagebreak}Éramos afortunados a la comprobación que los escritos de Ibn Khaldoun durante el último cuarto del siglo XIV, hayan intentado reunir la casi totalidad de los elementos y datos árabes referentes tanto a geografía y la historia del espacio del Sahara atlántico, como sobre las actividades de sus tribus entre el 8.o y el siglo XIV.
Tandis que los relatos árabes declinaban, a la excepción del período de producción de Léon el africano a principios del siglo XVI, la relación ibérica de los hechos se transformó en una dinámica de descubrimientos geográficos durante del 15.o y el siglo XVI, tomando la cabeza de los escritos históricos más importantes sobre el Sahara atlántico.
Los testimonios europeos así mantuvieron su soberanía muy a la longitud de los siglos siguientes hasta al final del siglo XIX, y esto a a través de escritos holandeses, daneses, franceses, británicos y otros4.
A ver la lista de los escritos sobre la historia del Sahara atlántico, nadie puede impedirse constatar que la mayor parte de estos escritos no era de origen local5.
A la excepción de las herencias de cheikh Mohamed Al-Yadali (16851753), no dispusimos de testimonios históricos locales pertinentes hasta al principio del siglo XX, cuando algunos iluminados espíritus, fomentados por personalidades de la administración colonial, se solucionan a conceder a esta cuestión la importancia que merece.
Cheikh Sidi Baba de se asombró a otra parte de esta situación que chocaba tratando de la historia de los Emiratos de "Idouich" y de "Machdaf". Se detiene con mucha emoción, aquélla incluso que experimentan hoy investigadores y analistas.
Sobre este punto, afirma: "Se me asombraba cómo el Ouléma y los hombres de cartas de esta tierra + Baidane + sahra marroquí, no haya podido interesarse, vista su mérito y su nobleza, por la historia de esta tierra, para inscribirlo en notables obras, a la mirada de la abundancia de los acontecimientos y cumbres hechas que se desarrollan y que requieren escritos, y en consideración del gran número de famosos personajes de distintos horizontes había e incluidos los testimonios sobre su tamaño, apenas debían caer en el olvido:" si de este tiempo, había encontrado una obra en la cual podré basarme, habré tenido en cuenta todo esto que se designa allí del dedo "6."
No cabe duda de que cualquiera adoptaría un enfoque simplista, acusaría a las tribus sahraouies su negligencia y se dedicaría, quizá, a un trabajo de evaluación y valoración de esta negligencia, más que de llevar una reflexión para agarrar el que tiene y los resultados.
II – esto que sabemos sobre el Sahara atlántico durante el primer milenio
Al siglo III, el recurso al camello como medio de transporte por las tribus amazigh de Znata y Senhaja vueltas a salir en la parte occidental de gran Sahara, era el acontecimiento principal en la historia de la región.
No cabe duda de que este recurso a gran escala tuvo un gran impacto en la organización de los flujos comerciales entre las dos orillas del Sahara durante los seis primeros siglos.
La situación que prevalecía, requería de toda evidencia una determinada organización política a misma de salvaguardar la seguridad de los hombres y del comercio a las cuales se dedican, esto que incitó a los jefes de las tribus senhaja a inscribirse en esta misma dinámica. {mospagebreak}Es así que apareció el sistema de alianzas políticas tribales, tal que fue mencionado por Al-Bekri, Ibn Abi-Zaraa, Ibn Aadari, Ibn Samak Al-Aamili, y bien de otros7.
Es probable que los retos principales que imponen la naturaleza y el clima del Sahara, pesaron de todo su peso sobre el sistema alianzas políticas tribales que conocieron, por consiguiente, numerosa evolución cuyas cosas so'lo sabemos muy pocas.
En la materia, los datos de los que disponemos somos pobres o desprovistos de toda consistencia, conduciéndonos a concluir que esta evolución variaban entre el fracaso crónico y el éxito furtivo.
Todo indica que la propagación del Daawa islámico en el seno de las tribus Senhaja al curso del tercer siglo del hégire, dio lugar a circunstancias propicias a tal unidad política. No eran sin embargo suficientes para venir a final del carácter nocivo de las condiciones que atan la actividad humana, y que son inherentes a la austeridad de la naturaleza del Sahara.
Parece que la evolución que conocerá el movimiento Almoravide, resultante del tercer bloque senhaji, dan prueba de esto que suponemos8.
III – el Sahara atlántico: de Abdellah Ibn Yassine à Nasser Eddine.
Al principio del segundo milenio, el segundo bloque Senhaji estaba en estado de delicuescencia, pero la dirección Senhajie era consciente de la necesidad de una organización política para poder aprovecharse de las rentas del comercio sahariano emprendido por caravanas, y para para ser en fase con la evolución importante que conoce el comercio al tiempo.
Es así que pudieron rebotar por tercera vez con un zócalo religioso sólido, para constituir un bloque agrupando la casi totalidad de las tribus Senhaja, y para reunir los medios ante ellos permitir lograr su objetivo.
Para esto hacer, recurrieron tenido a un Fquih del Souss en el año 1039, en este caso Abdellah Ibn Yassine Al-Jazouli, discípulo de Ouajaj Ben Zellou Lamti, cheikh de Ribat Nfiss.
Este dato histórico da prueba de la simbiosis tribal, religiosa y espiritual entre el espacio sahariano y sus prolongaciones marroquíes con el Souss. Va de misma para las orientaciones que eran a la base de las tendencias políticas y religiosas del Imam Abdellah Ibn Yassine después del éxito de sus predicaciones, y el nacimiento del movimiento Almoravide, que nos indica la amplitud de los vínculos orgánicos y vitales sobre varios planes entre estos dos espacios (Sahara y Souss).
Las referencias de las que disponemos indican que la Dirección del bloque senhaji inclinaba más mucho hacia el norte que hacia el sud9.
La más importante acción política realizada por el Imam y sus sucesores en dirección del sur (Reino de Ghana y Bilad Sudán de manera general), so'lo estaba en efecto una tentativa para la recaudación de la soberanía de los senhaja sobre oudghi en el año 446 del hégire, entonces que toda la atención de la dirección del Almoravides, se refería Sijilmassa, Souss y Tamesna que era el feudo del Berghouata.
Estas inclinaciones aparecen mucho más claramente en la dirección Almoravide en su acción que tiende a la fundación de Marrakech en el año 1070 alrededor, y a su Resolución por hacer la capital de su Estado naciente al tiempo de Youssef Ibn Tachfine.
La abdicación de Abou Bakr Ibn Omar al beneficio de su primo Youssef en el año 1061, había venido a corroborar y fomentar esta elección.
¿Si la relación de la historia del Estado marroquí entre el 11.o y el 17.o siècle10 descuidó el espacio sahariano, a la excepción de algunos elementos y datos inscritos en algunos escritos históricos, o relativos a geografía, él no permanece lo que menos las contribuciones del Sahara atlántico con Marruecos habían permanecido el mismo lo que en el pasado, de otro modo explicar cómo la continuación del comercio sahariano durando este período y su prosperidad que dura algunas etapas de este período, como era el caso al curso de los 10.o y 11.o siglos, o aún durante la primera mitad del siglo XIV? Cómo, bien más aún, se puede explicar el orden del Sultán Mérinide al notables de las tribus del Sahara, ellos ordenando de acompañar los emisarios enviados él por los gobernadores y los Sultanes de Sudán (al tiempo de Malí), o los enviados por él ellos, si no se establecía a su efectivamente autoridad en Sahara11.