CDH: El destino de los niños soldados en los campamentos de Tinduf centra un debate en Ginebra
El destino de los niños soldados en los campamentos de Tinduf centró un debate organizado al margen de la 56ª sesión del Consejo de Derechos Humanos (CDH) en Ginebra (18 de junio-12 de julio).
Este evento paralelo, organizado por el Grupo «International Civil Diplomacy Group» y moderado por Pedro Ignacio Altamirano, politólogo y presidente de la «Fondation Altamirano», reunió a varios expertos que pusieron de manifiesto su preocupación por los derechos humanos en los campamentos de refugiados y, en particular, por el destino de los niños soldado en regiones como los campamentos de Tinduf.
Judit Segarra, actor asociativo español, abrió los debates abordando los impactos éticos y psicológicos de la guerra en los niños. «Los niños en los conflictos, especialmente en los campamentos de Tinduf, son las víctimas más vulnerables. Sus derechos fundamentales, como la seguridad y la educación, son violados regularmente», afirmó.
Segarra subrayó las profundas implicaciones de la violencia en el desarrollo moral de estos niños, señalando que «los dilemas morales a los que se enfrentan pueden alterar su desarrollo moral, creando una disonancia entre sus valores intrínsecos y las brutales realidades que viven».
Por su parte, Daniel Haener, exdiplomático suizo, subrayó la necesidad de que Europa reaccione ante el reclutamiento de los niños soldados.
«Europa, que ha sufrido guerras en el pasado, debe ser consciente del peligro que representan los niños soldados para la seguridad. Es imperativo que se tomen medidas para prevenir esta lacra», insistió.
Por su parte, Matteo Dominicci, politólogo y asesor en relaciones internacionales, interviniendo por videoconferencia, calificó el fenómeno de los niños de la guerra de «cáncer mundial», alertando del aumento del número de niños soldados en el Sahel y Tinduf.
«Ante la indiferencia internacional, esta situación requiere una respuesta urgente y coordinada para proteger a las generaciones futuras y establecer una paz duradera», sostuvo.
Por su parte, Altamirano describió las deplorables condiciones de los campamentos de Tinduf, que calificó de «centros de detención ilegales». Denunció frecuentes violaciones de los derechos humanos, como la privación de la nacionalidad, la explotación militar de la población, incluido el reclutamiento de niños, y casos de esclavitud sexual.
«Es crucial que la comunidad internacional reconozca que los campamentos de Tinduf son lugares de detención ilegales y tome medidas para garantizar que se respetan los derechos humanos de los residentes», afirmó.
Altamirano también destacó la opacidad que rodea la distribución de la ayuda internacional, cuestionando su uso efectivo y llamando a una mayor transparencia para garantizar que estas ayudas beneficien realmente a las poblaciones vulnerables.
Moulay Lahsen Naji, presidente de la Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDH África) y secretario general del Centro Internacional para la Prevención de Niños Soldados en Dajla, expresó su preocupación en relación con los campamentos de Tinduf.
«Desde los años de 1970, estos campamentos acogen a miles de refugiados saharauis que huyen del conflicto armado. Allí se violan gravemente derechos fundamentales como el derecho a la vida, a la integridad física y a la libertad», subrayó.
Naji también arrojó luz sobre las restricciones de movimiento impuestas a los refugiados, que limitan su acceso a las oportunidades económicas y contribuyen a su prolongado aislamiento, y llamó a una aplicación estricta del derecho internacional humanitario para proteger a los refugiados.
El evento puso de relieve realidades que a menudo se ignoran y reforzó el llamamiento a una acción internacional concertada.
«La situación en los campamentos de Tinduf y la cuestión más general de los niños soldados en África deben abordarse con la máxima urgencia», afirmó Naji.
«Mediante la sensibilización, la defensa de la aplicación del derecho internacional humanitario y la adopción de medidas concretas para proteger los derechos de los refugiados y los niños, podemos trabajar para poner fin a estas flagrantes violaciones y garantizar un futuro mejor para todos», concluyó.
En definitiva, este debate en Ginebra subrayó la responsabilidad colectiva de la comunidad mundial de proteger a los más vulnerables y garantizar que ningún niño más se vea obligado a soportar el peso de los conflictos armados.
Los expertos llamaron unánimemente a una acción inmediata para poner fin a estas prácticas devastadoras, y promover la paz y la seguridad para las generaciones futuras.